El sector crítico

La juventud díscola del Papa

Largo recorrido 8 Peregrinos venezolanos en el paseo de Recoletos.

Largo recorrido 8 Peregrinos venezolanos en el paseo de Recoletos.

ANTONIO M. YAGÜE
MADRID

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El Papa ha venido a celebrar una fiesta y a traer palabras de amor, aliento y esperanza para el catolicismo y la fe. La mayoría de los jóvenes llegados de todas las partes del mundo repican este mensaje. Pero algunos lo ven difícilmente adaptable a la vida que les ha tocado vivir y piden al Pontífice más claridad en temas controvertidos como el uso del condón, el aborto, la paz, la crisis, el papel de los políticos o el paro. «Benedicto XVI siempre acierta con su mensaje y llega a los jóvenes. ¿Qué es lo antiguo o lo nuevo? Siempre habrá un grupo que si él dice A dirá B o viceversa»,defiende a unos metros de la Puerta de Alcalá Ramón de la Rosa, arzobispo de Santiago de los Caballeros (República Dominicana), vestido de peregrino.

Los curas de Terrassa Sergio González y Jordi Sánchez también defienden que su mensaje es actual,«perotodo en su contexto»,matizan.«No ha venido a Madrid a hablar del sexo o del aborto, sino a dar un mensaje de esperanza a todo el mundo que le escuche»,subraya González. Sánchez argumenta:«Si fuera un Papa tan cerrado y su mensaje no fuera actual, no estaría Madrid lleno de jóvenes que acumulan días de cansancio, comer mal, no dormir y pasar calor».

«Temas complicados»

Margarita Blasco (35 años, burgalesa, profesora) resume su petición al Papa:«Debería legalizar uso del condón, porque eso sí que no es ningún problema, y no ser tan machista».María Ángeles Angulo, que ha venido desde Osuna (Sevilla) con un grupo, no cree necesario que el Papa descienda a esos temas:«Los jóvenes lo sabemos todo y lo tenemos claro. Allá cada uno».

Álvaro Reina, del grupo sevillano, no ve problema en el uso del preservativo y recuerda que hay colectivos cristianos que lo fomentan. A su juicio, el Papa debería aprovechar que se acerca el 20-N para pedir a los políticos«que tengan un poco más en cuenta a Dios y menos sus bolsillos».

Hannah Meier ha venido de Colonia (Alemania) con 10 amigos y cree que Benedicto XVI,«el papa más inteligente»,no entra en materia sexual porque los anticonceptivos o la pederastia«son temas complicados».Pero a su juicio, Madrid sería un buen lugar para anunciar«medidas que discriminen menos a la mujer en la Iglesia». Nayareth Calvo, brasileña, también cree que la Iglesia debe revisar el papel de la mujer y que el Papa debería pronunciarse con más claridad sobre las relaciones entre los países pobres y ricos.

Sin embargo, en la misma plaza de Cibeles, sor Inés, sor Emmanuela y otras tres monjas pasionistas de un grupo internacional no ven discriminación.«Solo pedimos que el Espíritu Santo le ilumine, buscando siempre la unidad de los cristianos y del ser humano, y que insista en la defensa de la vida».

El venezolano Helio López, recién ordenado sacerdote, no ve obstáculos para llevar una vida cristiana en su país.«El pecado -explica-es lo mismo hoy que ayer. Si Dios está en el corazón de los hombres, como dice el Papa, no hay problema para abordar la problemática actual».

Pobres y ricos

Miguel,jovenperegrino de 76 años, advierte de que el mensaje de la Iglesia es eterno y lo que se actualiza es secundario:«A ver si el Papa no se deja nada en tintero. Pobres y ricos siempre los ha habido y los habrá. Mejor que no entre en esto. Los países que han tratado de arreglarlo solo le han dado la vuelta».

Para Antonio y Moisés, donostiarras representante del movimiento Las Doce Tribus, el cristianismo solo tendrá futuro si vuelve a sus orígenes.«El Papa debe tenerlo y dejarlo claro»,piden.