El fiscal del 'caso Óscar' es un fuerte azote de la mafia

Si Óscar Sánchez estuviera acusado de robo o de violación quizá su caso no sería tan difícil de desentrañar. Sin embargo, el lavacoches de Montgat detenido en Italia por narcotráfico se enfrenta a unas de las acusaciones más sensibles para Italia: la vinculación con el crimen organizado. Como escribió en una carta un compañero de cárcel de Sánchez, ser acusado de mafioso en Italia «es una losa que pesa más que la Luna».

Algunos de los jueces y fiscales vinculados con su caso están entre los más destacados exponentes de la lucha antimafia en Italia, un sistema que, en algunos aspectos -como la decisión de alejamiento de los presos- tiene parecidos con la lucha antiterrorista en España. El fiscal del caso, Luigi Alberto Cannavale ,es uno de los máximos azotes del clan Di Lauro, uno de los grupos más potentes de la Camorra (la mafia napolitana) en los últimos 20 años. Este fiscal forma parte de la dirección antimafia del distrito de Nápoles, una de las 26 fiscalías especiales repartidas por el territorio italiano y especializada en luchar contra el crimen organizado.

COOPERACIÓN FRUCTUOSA / La cooperación entre Italia y España en la lucha contra las mafias ha llevado a la cárcel a decenas de criminales italianos que operaban en la península Ibérica. España es la lonja en la que mafiosos de toda Europa compran droga de América Latina y del Norte de África, según asegura Giancarlo Scafuri, teniente coronel de los Carabinieri de Nápoles, uno de los investigadores más activos en este frente. «Las fuerzas del orden italianas y españolas ya tienen equipos que operan de forma conjunta, aunque no estén oficializados», detalla.

Sin embargo, en el caso de Sánchez los investigadores italianos consideraron como prueba suficiente el DNI del lavacoches, que con toda probabilidad había sido usurpado por el presunto narco Marcelo Marín Iannandrea, según afirma la Policía Nacional.

«Una mayor implicación de las autoridades españolas sería positiva», comenta Galileo d'Agostino, fiscal de enlace de Italia en el Ministerio de Justicia en Madrid. «Si una policía intercepta la llamada de un criminal en su ciudad, puede enviar a un agente al lugar de la llamada y sacar fotos. Pero si la investigación es internacional, esto es más difícil», apunta. En efecto, la orden de captura internacional de Sánchez se tramito sin fotos ni huellas dactilares.

JUICIO RÁPIDO Otra piedra con la que tropezó el lavacoches es la estrategia de defensa de su abogado. Este pidió que Sánchez fuera juzgado con un proceso rápido, a cambio de que la jueza considerara como única prueba un peritaje fonético. En Italia la petición de juicio rápido se suele interpretar como una admisión de culpabilidad y una estrategia para rebajar la pena aproximadamente en una tercera parte.

Además, el peritaje fonético resultó contrario a Óscar. Este estudio fue llevado a cabo por Roberto Porto, un experto del tribunal de Nápoles, autor de unos controvertidos peritajes durante el juicio contra directivos de la Juventus conocido comocalciopoli. «Cuando vi a Sánchez, tuve dudas sobre su culpabilidad: sin embargo, vista la estrategia de defensa no tuve más remedio que pedir condena», confiesa Cannavale. H