LA ESTABILIDAD DEL EJECUTIVO CATALÁN

PDC, ERC y CUP, un triángulo de recelos

Albano Dante Fachin (Podem), Anna Gabriel (CUP) y Oriol Junqueras (ERC), en el acto conjunto previo a la Diada celebrado en Sant Boi de Llobregat.

Albano Dante Fachin (Podem), Anna Gabriel (CUP) y Oriol Junqueras (ERC), en el acto conjunto previo a la Diada celebrado en Sant Boi de Llobregat. / periodico

XABI BARRENA / BARCELONA

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Imagínense una etapa del Tour de Francia con dos esforzados de la ruta colaborando en una escapada, pero sin fiarse un pelo el uno del otro. Esta es la relación entre ERC y la CUP. Sí, es cierto, la escapada es de tres, pero es harto conocido que ni republicanos ni anticapitalistas se fían de los convergentes, y viceversa. La escapada en la que se ven inmersos los dos (tres) protagonistas de este escrito tiene, a corto plazo, tres ‘cols’ (cimas) de alta categoría por subir: la cuestión de confianza a Carles Puigdemont, el debate de política general y los presupuestos del 2017. La meta, obvio es, se halla más adelante y más en lo alto, más o menos como si se pusieran dos temibles ‘Mortirolos’ (montaña alpina), uno encima del otro: la independencia.

Entre los neoconvergentes aún sin nombre y la CUP, ERC realiza el papel de bisagra. Aunque ello no significa que las relaciones estén del todo lubricadas. Para empezar, los anticapitalistas sintetizan al conglomerado de CDC y ERC con su denominación para el 27-S, Junts pel Sí. Es decir, no realizan distingos, algo que por sí solo ya es significativo. “No hay un alma más conservadora y otra más izquierdosa. Existe el programa de Junts pel Sí y sobre esa base se negocia”, han afirmado reiteradamente. Por ejemplo, en estas semanas, las cuentas de la Generalitat entre el equipo de Oriol Junqueras y una delegación anticapitalista.

NEGOCIANDO CON CAUTELA

La negociación presupuestaria merece toda clase de cautelas entre las partes, que se han jurado discreción y no levantar la voz. Alguien de la CUP que en otras ocasiones ha mostrado en privado sus dudas y recelos sobre ERC el jueves respondió con un ‘no comment’ a la pregunta de si creía que los republicanos descargaban sobre los hombros de los anticapitalistas todo el peso de la vindicación de la CUP sobre el RUI.

Hay que buscar otras voces para que alguien afirme que los de Junqueras, en el asunto del referéndum, están totalmente “a la expectativa, con una asunción de riesgo nula”. Ya el otoño pasado, con la polémica de la investidura y con el ‘pressing CUP’ en danza, los anticapitalistas afearon a ERC su inacción. Los 'cupaires' saben que Esquerra apuesta por el RUI, por convencimiento y por táctica. Un referéndum descarta la lista única en las próximas elecciones "constituyentes", por lo que desean, casi exigen, que Esquerra contibuya en el debate.

DISCRECIÓN COMPARTIDA

Tampoco es fácil dar con algún republicano que opine de la CUP. Pero alguno lo hace para mostrar su desconfianza hacia los asamblearios en el asunto del RUI. “Solo hay que recordar el 9-N”, apunta una voz en referencia al momento de la cumbre de Pedralbes en que se rompe la vajilla porque Artur Mas traslada a sus socios (ERC, ICV y la CUP) que va a acatar al Tribunal Constitucional y que, por tanto, descarta realizar una consulta popular.

24 horas después, el entonces ‘president’ comunicó su plan de organizar un proceso participativo. En ese momento, ERC y CUP eran reacios a abrazar cualquier cosa que no fuera la consulta, ya que el objetivo era forzar una reacción del Gobierno. “Y los primeros que se entregaron al nuevo 9-N, dejándonos solos, fue la CUP”. Insinúa esta fuente que el objetivo estratégico de los anticapitalistas era repartirse el electorado de Esquerra con CDC. La famosa ‘pinza’. El abrazo de Artur Mas con David Fernàndez la tarde del 9-N, mientras Junqueras se hallaba en una mesa de votación.

El 9-N acabó con Mas como icono de la consulta, una imagen que le permitió voltear las encuestas y apretar las tuercas a ERC para la lista única del 27-S. Hay quien en ERC teme que, de seguir adelante una convocatoria de RUI, la CUP "vuelva a plegarse a CDC por motivos tácticos". Esquerra cree que buena parte de los 10 diputados actuales de la CUP serían suyos si hubieran concurrido en solitario a las elecciones.

Por todo eso, mientras los tres ciclistas se adentran en las primeras estribaciones del primero de los puertos de alta montaña, se van dando relevos, sí, pero cuando uno pasa al lado del otro, se cruzan miradas recelosas por el rabillo del ojo.