El Gobierno reprocha a Mas que haya "vendido" CDC a los "antisistema" y le invita a irse a casa

El Gobierno central no ha perdido ocasión de valorar esta mañana las posibles consecuencias de la última asamblea de la CUP, en la que una amplia mayoría se ha decantado por denegar a Artur Mas su apoyo para la investidura. Así, la vicepresidenta y portavoz del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, ha acusado al 'president' en funciones de "vender" su partido, CDC, a los anticapitalistas, mientras que el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha recomendado a Mas que coja la puerta y se vaya.

"Por dignidad política, debería irse a su casa. Ese es el mejor servicio que podría prestar a la sociedad catalana y a sí mismo", ha dicho esta mañana el ministro en TVE, Además, el también candidato por Barcelona a las generales ha subrayado que tras las últimos comicios catalanes Convergencia ha perdido apoyos; Uniò se ha convertido en una fuerza extraparlamentaria y la CUP ha pasado de tener "un puñado de concejales" a "la llave de la gobernabilidad" en Catalunya. "Y el propio Mas tiene que suplicarle", ha resumido.

En este contexto, ha apuntado que la convocatoria de otras elecciones catalanas en caso de que no haya acuerdo de última hora para investir a un nuevo 'president' es "un escenario que no se puede descartar en absoluto" y que, bajo su punto de vista, "es ejemplo del despropósito en que está instalada la política catalana desde hace un tiempo".

DESAFÍO MÁS IMPORTANTE DESDE TRANSICIÓN

Por su lado, Sáenz de Santamaría ha aprovechado su presencia en el foro El Confidencial-Pimco para afear a Mas que "haya vendido completamente" su partido a los antisistema de la CUP, para finalmente estar en una posición que conlleva "el mayor escenario de inestabilidad de todos los tiempos, con tres elecciones en cinco años". "Y no sé si  habrá unas cuartas", ha matizado.

"¿Qué va a pasar en los próximos días?. No depende ni de Mas, lo que es realmente muy triste cuando uno quiere pilotar un Gobierno, sino de que le den o no apoyo los antisistema, a los que ha vendido completamente su partido", ha añadido la número dos del Ejecutivo, quien insistió en que Mas lleva desde hace unos años volcado en un proceso de "ruptura total" que, a su entender, "no era la posición" de su organización ni de sus bases.

"El desafío que se ha abierto en Catalunya es uno de los más importantes, si no el que más, desde la transición. Pero también es cierto que la sociedad se ha fortalecido desde entonces", ha enfatizado. En cuanto a la posición del Gobierno central, ha incidido en que no se permitirá en ningún caso que se gobierne un territorio como el catalán "contra la Constitución y el Estado de derecho", aunque se garantizará, ha dicho, el bienestar de sus ciudadanos.

"El pasado viernes ya se empezó a pagar directamente a los proveedores, fundamentales a las farmacias y los conciertos sanitarios. Si en Catalunya se ha mantenido el estado del bienestar ha sido por la solidaridad del conjunto de España, por el esfuerzo de los catalanes pero no por las posiciones de su Gobierno", ha concluido.