Un debate recortado

Las exportaciones suben, el PIB y la ocupación bajan

La indiscutible hegemonía que el discurso sobre el modelo territorial ha alcanzado en el debate público en Catalunya amenaza con monopolizar el pleno de política general y convertir en marginal la discusión sobre algunos aspectos fundamentales de la gestión del Govern de Artur Mas.

M. JIMÉNEZ BOTÍAS

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El deterioro de la economía catalana es tan evidente como el de la economía española en su conjunto en el último medio año. La tímida recuperación tras la crisis financiera que llevó a una significativa caída del producto interior bruto (PIB) en el 2009, no ha tenido continuidad más allá del tercer trimestre del 2011. Nueve meses consecutivos de caída de la actividad sitúan a Catalunya en plena recesión. Los datos relativos al segundo trimestre del año muestran una tasa interanual de caída del 1,1%.

La crisis financiero/inmobiliaria española y el temporal del euro, que no acaba de amainar, han dejado un grueso rastro de paro en la sociedad catalana que alcanza una tasa del 21,95%. Cierto que está por debajo de la media española (24,6%), pero es difícilmente comparable con cualquier otro momento de las historia reciente.

La contínua pérdida de ocupación se ha resuelto en una mala evolución de la demanda interna. Además, al bajo tomo del consumo privado, hay que añadir los efectos de la severidad de los planes de ajustes llevados a término por las diferentes administraciones públicas. Para abundar en esa dinámica negativa, la inversión total sigue desplomada, principalmente como consecuencia de la caída de inversión en la construcción. De nuevo, los problemas asociados a la financiación de las administraciones públicas han intensificado el decrecimiento de la actividad en obra civil, lo que junto a la atonía en la edificación residencial, explican que uno de los sectores con más peso en el pasado en la economía catalana siga hundido.

La exportaciones se han mantenido como el único flotador al que asirse para miles de empresas que buscan la manera de compensar la falta de mercado interno y la ausencia de crédito. Aunque se trata del sector económico más dinámico, representa solo el 29% del PIB catalán, que en el 2011 ascendió a los 210.150 millones de euros. Para algunos economistas todavía es insuficiente. Según Xavier Cuadras, uno de los autores deSense Espanya: «Exportar a España no es malo, lo que es malo es exportar demasiado poco a otros mercados».