El ensayo de la consulta de BCN da árnica a los independentistas

Los resultados de las elecciones autonómicas del 28 de noviembre supusieron un serio mazazo para todos aquellos que esperaban que la ola de fervor secesionista desatada a raíz de la celebración de las consultas sobre la autodeterminación y la manifestación del 10 de julio se traduciría en una masiva presencia de diputados independentistas en el Parlament. Lo cierto es que la debacle de ERC, el fracaso de Reagrupament y la meritoria pero limitada eclosión de Solidaritat Catalana per la Independència (SI) convirtieron aquella algarabía soberanista en poco más que un espejismo. Ahora, con la vista puesta ya en los comicios municipales de mayo, el atomizado frente secesionista busca fórmulas que le permitan recuperar el ánimo y recomponer su base electoral.

La prueba piloto de la consulta sobre la independencia que se llevó a cabo ayer en el barrio de la Barceloneta (la fecha fijada para la convocatoria en Barcelona es el 10 de abril) sirvió como pequeño bálsamo. No solo porque la participación registrada (el 20,2% del censo) fue más que aceptable vistos los precedentes, sino también porque permitió escenificar el acercamiento entre Esquerra y Solidaritat con vistas a un posible acuerdo que les permita concurrir en una única candidatura independentista a las elecciones de mayo en la capital catalana.

MÁS QUE UNA COINCIDENCIA / El encuentro del alcaldable republicano, Jordi Portabella, y el líder de Solidaritat, Joan Laporta, en el lugar de la votación fue algo más que una mera coincidencia. El candidato de ERC aprovechó la ocasión para reiterar su llamamiento a la creación de «un tercer espacio» que aglutine a las candidaturas de signo independentista. «Dividiendo el voto nunca se gana», sentenció. El expresidente del FC Barcelona, por su parte, apuntó que su partido no ha decidido todavía con qué fórmula ni con qué candidato se presentará a las elecciones en la capital catalana.

En cualquier caso, ambos tienen muy presente que la consulta soberanista que se llevará a cabo el 10 de abril, apenas 42 días antes de los comicios municipales, es un agente de movilización electoral que conviene no desaprovechar.