Desnudos y exhibicionistas
Pau Arenós
Coordinador del canal Cata Mayor
Periodista y escritor, con una quincena de libros publicados, entre ellos, novelas y cuentos, y media docena de premios, como el Nacional de Gastronomía. Ha estado al cargo de las revistas 'Dominical' y 'On Barcelona'. Entre las últimas publicaciones, 'Nadar con atunes y otras aventuras gastronómicas que no siempre salen bien' y 'San Elvis, ruega por nosotros. Crónicas de un tiempo irreverente'
PAU ARENÓS
Para desnudarse no hay que quitarse la ropa. La intimidad ha sido violada por cada uno de nosotros. Hemos renunciado a lo privado: somos exhibicionistas con gabardina ante las puertas del mundo. Las redes sociales -en las que reina la gastronomía con plumas de pavo real- nos han penetrado hasta el tuétano.
El primer impulso es pensar que somos activos -obsesivos- en busca de la gratificación inmediata. Colgamos una receta o la foto del plato de un restaurante a la espera de la reacción instantánea de los seguidores.
Chuchos con la lengua fuera reclamando el premio. ¿Dónde está mi galletita? Si las adhesiones -me gusta, retuits, likes- no llegan, ¿qué hay que pensar? ¿Somos impopulares? ¿No atinamos con los gustos? En el futuro se adivinan sesiones de terapia para desamparados. Las redes son tam-tam de solitarios.
Saciados de que nos rasquen la cabeza, de las alabanzas, con el yo masajeado y obeso, saquemos provecho de las millones de aportaciones gastro que a diario son volcadas en esos lugares donde se expresa la comunidad. Aprendamos de los demás, de su talento, de su habilidad.
Entendamos la comida o la cena de alguien contada por Twitter como una aportación informativa, o lúdica, en lugar de como una obscenidad, chulería o desafío. A menudo, esas imágenes son etiquetadas como food porn, la nueva pornografía, más moral que física. Lo único indecente es convertir la obra maestra de un chef en una plasta por la impericia con el móvil. Otro debate es cómo hay que comportarse en los restaurantes, que no son platós de fotografía, sino espacios de convivencia. Lo único que hay que aplicar es sentido común y educación.
Abrámonos paso entre la basura y el exceso y encontremos en ese océano una o varias islas en las que recalar y plantar mesa y mantel.
- La FGE sustituye a la fiscal de Madrid por el fiscal superior de Extremadura en la querella de la pareja de Ayuso contra dos fiscales en su caso de fraude
- Este domingo puedes visitar el bosque del Prat que solo abre 10 veces al año
- ¿Qué supermercados triunfan más en Catalunya? La 'pole position' de la gran distribución alimentaria se distancia de su competencia
- Un muerto en un tiroteo al lado de la parada de metro de Maresme-Fòrum de Barcelona
- Catalunya se encomienda a las próximas lluvias y al deshielo para dejar atrás la emergencia por sequía
- El destino de Daniel Sancho se debate ahora entre la cárcel amable de Samui y la despiadada de Bangkok
- Hacienda está enviando este SMS a quienes hacen la declaración de la renta: qué significa
- Buenas noticias: si naciste este año, cobrarás el 100% de la pensión de jubilación