CRÓNICA

Rabiosos Crystal Castles

El popular dúo canadiense lució energía en Razzmatazz

J. M. F.
BARCELONA

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De una actuación de los canadienses Crystal Castles siempre cabe esperar lo accidentado. A veces, en exceso, como en ese breve paso por el Sónar 2009, con problemas de sonido e intentos de asalto de su cantante Alice Glass a la seguridad del festival. En Apolo, en el 2010, su predisposición fue más pacífica, en parte, suponemos, porque Alice se había hecho una lesión poco antes en la sala La Riviera de Madrid.

Pero el miércoles, en Razzmatazz, volvimos a ver a Crystal Castles defenderse como lo que son, en esencia: un grupo de punk, punk digital si quieren, pero punk. En el directo, el alma pop de sus canciones se rinde a la energía visceral y al componente electro de un repertorio sencillamente inapelable. Por desgracia, se dejaron en casa algunos de los mejores hallazgos de (III) (2012): la ominosa pero infecciosa Kerosene y esa rodaja de house de otra galaxia que es Violent youth.

En cualquier caso, el dúo de Toronto no anda escaso de aciertos violentos, y en Razzmatazz ofrecieron una buena ración de ellos. Primera cúspide con Telepath, gran regreso a sus inicios con Alice practice

-cuyo uso en la serie Skins creó un momento clásico de la televisión-,

extática Celestica, unas emotivas Empathy y Not in love -incluso sin el concurso de Robert Smith de The Cure, quien grabó una versión memorable con ellos-… Ruido, nueces y rabia, mucha rabia.