DRAMA

'The Runaways', nacidas para el mal

Q. C.

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El biopic musical cotiza y Ray Charles, Cole Porter, Johnny Cash y Édith Piaf son algunos de los últimos músicos que han pasado por el filtro del cine biográfico dedicado a visualizar los demonios y tormentos interiores de las grandes estrellas. Sobre grupos femeninos se han realizado menos películas. Las Supremes de Diana Ross estaban detrás de Dreamgirls, pero con los nombres y muchas situaciones cambiadas. Por el contrario, The Runaways es un biopic con todas las de la ley sobre la influyente banda de rock del mismo nombre, liderada por la guitarrista Joan Jett y la cantante Cherie Currie.

Cuando el punk no había alcanzado aún toda su dimensión, Jett y Currie abanderaron el ideario rebelde en el rock californiano de mediados los 70. La película realizada por Floria Sigismondi explora las andanzas del grupo y lo convierte en un retrato más amplio sobre la época. El filme es bastante ecuánime, sin muchas salidas de tono y una aproximación realista, a veces casi documental, a los personajes, aunque no admite muchas digresiones: no en vano Joan Jett es una de las productoras de la película, bendiciendo su existencia y controlando, seguro, lo que se dice y lo que no se dice.

Como en todo biopic que se precie, hay interpretaciones esforzadas en lo dramático y camaleónicas en lo físico por parte de Kristen Stewart y Dakota Fanning, Jett y Currie respectivamente. Ambas están comprometidas con la causa de dar realismo duro a unos personajes contradictorios sumidos en el desconcierto de la rebeldía y el estrellato, en las drogas, la descomposición familiar, las disputas internas y la inadaptación. Uno de sus éxitos se titulaba Born to be bad, y se lo tomaron al pie de la letra.