llega un NUEVO 'GADGET' revolucionario

Visión de futuro

El próximo objeto de deseo tecnológico serán unas gafas muy especiales. El gigante Google ultima unas lentes con una minipantalla con las que se podrán hacer fotos y vídeos, y consultar internet. Todo, dando órdenes por voz.

JOSEP M. BERENGUERAS / Barcelona

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Vivimos mirando hacia abajo, hacia un objeto que se ha convertido en una extensión de nuestras manos y que nos acompaña en casi todos los momentos de nuestro día a día, incluso los más íntimos. Con el teléfono móvil hablamos, nos relacionamos, enviamos mensajes, tomamos fotografías, consultamos el tiempo, las noticias, jugamos. Pero, en el futuro próximo, quizá dejemos de mirar hacia abajo para hacer todas estas acciones para, simplemente, mirar. Será a través de unas gafas muy especiales. Y son de Google.

Cuenta Isabelle Olsson, líder de diseño industrial en Google, que la idea de crear unas gafas con las que poder hacer lo mismo que se hace con el teléfono móvil tomó el impulso final cuando, un día, esperando el autobús lanzadera que debía llevarla a la compañía, vio cómo la decena de personas que esperaba en la paraba miraba hacia abajo, concentrados, sin atender a lo que realmente pasaba a su alrededor. «Yo no quiero ser una de ellas», se dijo. «Fue cuando me di cuenta de que teníamos que hacer que esto [las gafas] funcionara. Es atrevido. Es de locos. Pero pensamos que podemos hacer algo atractivo», afirma a The Verge.La idea de unas gafas especiales con pantalla integrada siempre ha estado presente en las obras de ciencia ficción (desde películas como Regreso al futuro 2 a series como Dragon Ball).

Algunas empresas se habían atrevido con productos similares (Vuzix, Epson), pero parece que será Google la que dará el golpe sobre la mesa de poner en el gran mercado unas lentes capaces de no solo reproducir vídeo, sino también de hacer fotos y grabar vídeos, acceder a aplicaciones, consultar internet... «Nos preguntamos, ¿qué pasa si llevamos la tecnología más cerca de los sentidos? ¿Permitiría acceder más rápido a información y conectarte con otras personas, pero de una manera -con un diseño- con la que puedas ir a la tuya sin estar pendiente de la tecnología? En cierto modo es lo que nos llevó a la gafas», afirma el director de producto de las Google Glass, Steve Lee, también a The Verge.La idea surgió, como tantas otras innovaciones del gigante del buscador, en los laboratorios Google X Lab, el lugar donde se cocinan los descubrimientos de la compañía de Larry Page y Sergey Brin. Es este último quien dirige el laboratorio, y quien más se ha involucrado con las gafas. Se le ha visto en conferencias, desfiles e incluso en el metro probándolas. Porque, lo que hace menos de dos años era solo un proyecto, hoy es ya una realidad, con diseño definitivo en cinco colores. Costarán lo que cuesta un móvil de gama alta (se rumorea que entre 600 y 800 euros) y llegarán al mercado, previsiblemente, a finales de año.

Ojo derecho

Pero, ¿qué son realmente las gafas de Google? Es una montura (sin lentes) que incorpora un dispositivo en la patilla derecha -allí se ubica la batería y el celebro del dispositivo-, y que termina con una pequeña pantalla. Una vez puestas, el usuario tiene esa pantalla encima del ojo derecho, pero esta no interfiere en su campo de visión, sino que está situado en la parte superior-derecha. Solo si el usuario mira hacia esa pantalla verá contenidos en ella.

Con el aparato se puede interactuar por voz y gestualmente (tiene un panel lateral táctil y también reconocerá, en el futuro, los gestos que se hagan con los brazos). Se conectarán a internet a través de wi-fi y de bluetooth, e incorporarán los elementos clásicos de los móviles: GPS, giroscopio, micro, cámara... También, como en los móviles, se podrán instalar aplicaciones.

Con la orden «OK glass» se podrá interactuar con las gafas. Hacer fotos, grabar vídeos, buscar en internet, traducir frases, contestar al teléfono, dictar correos, consultar el tiempo, hacer videoconferencias... Todo, con ordenes sencillas. El usuario verá encima del campo de visión del ojo derecho todos estos contenidos, como si de una pequeña pantalla se tratase.

«No sé si será the next big thing, pero estoy seguro de que es el primer paso de una gran revolución», explica Julián Beltrán. Este emprendedor murciano es uno de los pocos elegidos por Google que han podido probar las gafas. A caballo entre San Francisco y Murcia, ha testado las gafas en dos ocasiones, y está a la espera de que le llegue el modelo definitivo, en mayo, para comenzar a desarrollar aplicaciones (quiere montar una empresa dedicada exclusivamente a ello y está buscando financiación). «He podido disfrutar de las gafas dos días. Cuando me las quitaron las tuve que devolver como si me quitaran un brazo. Es algo totalmente nuevo, que sorprende, engancha, muy útil», dice a este diario.

Asistente virtual

Beltrán las define como un «asistente virtual al que le hablas con voz natural». «Lo van a llevar los más modernos pero también la gente mayor», predice. Y es que, según revela, la tecnología de reconocimiento de voz que incorpora «es mucho más potente que Siri o que Google Now». «Si quieres apuntar una cita en la agenda para después de comer, lo dices con naturalidad. El sistema reconoce la agenda y qué significa después de comer», pone como ejemplo. Las aplicaciones son múltiples: estar frente a un monumento y buscar información (realidad aumentada), guiar hacia una dirección mostrando un mapa a modo de GPS, contestar llamadas, hacer videoconferencias, tomar una foto y compartirla en las redes sociales, ver vídeos, comprar entradas... «Un médico puede operar y consultar información necesaria sin tener que ocupar sus manos», destaca Beltrán.

Otra de las aplicaciones de las gafas será el manejo de objetos cotidianos, como por ejemplo, abrir la puerta del garaje (las gafas leerán un código en la puerta) o interactuar con los electrodomésticos. «Pasará como con las aplicaciones: queda un mundo por descubrir que aún ni nos imaginamos», dice Beltrán.

Las gafas de Google son un invento de primera magnitud. Pero también han despertado ya las primeras quejas porque podrían vulnerar la privacidad de los ciudadanos y en el estado de Virginia se ha pedido que no se usen mientras se conduce.