EL FUTURO DE LA BIOARQUITECTURA
Vivir en una casa de paja
Un congreso explora en Barcelona el potencial de los materiales naturales en la construcción
A diferencia de lo que sucede en el cuento de los tres cerditos, el que construye la casa de paja no es un gandul, sino un tipo inteligente que disfruta de una vivienda resistente, saludable y respetuosa con el medio ambiente. Esto es al menos lo que consideran un puñado de arquitectos y constructores que desde hace años vienen apostando por los materiales naturales y tradicionales, desde la paja y la cal hasta el barro o la caña, como alternativas al hormigón. Estos días se reúnen en Barcelona en un congreso sobre bioarquitectura celebrado en el Col·legi d'Arquitectes.
La arquitecta Valentina Maini, organizadora del congreso, asume que el empleo de materiales naturales para levantar muros es en España una apuesta minoritaria, vinculada a menudo a la autoconstrucción
-construirse la casa uno mismo-, pero insiste en se está abriendo un hueco en países como Alemania, Austria o Italia. De hecho, el congreso tiene a Italia como país invitado.
El concepto de bioarquitectura es muy amplio y puede incluir cuestiones como la instalación de paneles solares y la recogida de aguas pluviales, la ventilación, la orientación de las ventanas y el aislamiento térmico. La construcción puede resultar más cara, pero sus defensores consideran que se compensa con el ahorro que se acumulará con el paso de los años. Es más, quienes defienden el uso de piedra, adobe o madera no lo hacen simplemente como una opción ecológica,«sino también por sus propiedades térmicas y saludables», pone como ejemplo el arquitecto Rafael Sala Novotny, autor de varias casas de paja en Mallorca.
Las casas de paja legalizadas en España son por ahora unas 20. Normalmente se trata de construcciones rústicas de una planta, aunque Maini explica que el uso combinado con una estructura de madera permite elevar varios pisos. Por regla general, prosigue Sala Nowotny, las casas con materiales naturales suelen incorporar estufas de biomasa y paneles solares.«Los interesados son gente preocupada por el medio ambiente y les gusta tener de todo»,sintetiza.
Las balas de paja que se emplean para levantar paredes son la mismas que se observan en el campo tras ser prensadas por una cosechadora, aunque también las hay certificadas para la construcción, mientras que el revoco o revestimiento que se coloca en las paredes exteriores puede ser de cal o arena.«Como en una pared convencional, puedes pasar los tubos de la luz o colocar interruptores. Es cuestión de conocer el sistema», dice
Sala Nowotny, quien recuerda que casas construidas con esa técnica hace más de un siglo siguen en pie. Eso sí, las balas deben permanecer aisladas del suelo y los revocos deben ser transpirables e ignífugos.
Para ilustrar la capacidad de la paja y la tierra como materiales constructivos, hoy se organizará un taller de construcción en paja en la plaza Nova, delante de la catedral de Barcelona.
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