Los obispos piden al Gobierno que prohíba el matrimonio gay

Los obispos no dan por perdida la batalla en defensa de su sempiterna doctrina sobre el matrimonio, tras la sentencia del Tribunal Constitucional que ha avalado definitivamente la ley de José Luis Rodríguez Zapatero que lo amplió a personas del mismo sexo. El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio María Rouco, pidió ayer en la apertura de la asamblea plenaria una «reforma urgente» de la ley al Ejecutivo de Mariano Rajoy, que desde la oposición, por afinidad política y creencias, presentó el recurso ante el Tribunal Constitucional. Y como cuando se promulgó la norma, Rouco anunció una ofensiva doctrinal de la Iglesia contra ella en todos sus actos, especialmente en las «parroquias, colegios y otros lugares de participación apostólica».

ESPOSOS Y ESPOSAS / Rouco proclamó su rechazo contra la ley porque «es manifiestamente injusta ya que no reconoce la institución del matrimonio en su especificidad» y, entre otras cosas, tampoco reconoce «el derecho de los contrayentes a ser reconocidos en el ordenamiento jurídico como esposo y esposa, ni el derecho de los niños a ser educados como esposos y esposas en el futuro y a disfrutar de un padre y una madre en el seno de una familia estable». Estos serán algunos de los argumentos, recogidos en la instrucciónLa verdad del amor humano,elaborada recientemente por la CEE, con los que sacerdotes y religiosos prepararán sus sermones, de acuerdo con el mandato del episcopado.

El presidente de la CEE se refirió a las consecuencias de la crisis «que parece no tocar fondo» y pidió que sus costes «no recaigan sobre los más débiles, con especial atención a los inmigrantes», y que se busquen con urgencia soluciones «que permitan a esas familias desahuciadas -igual que se ha hecho con otras instituciones sociales-, hacer frente a sus deudas sin tener que verse en la calle».

El cardenal Rouco también anunció la celebración en octubre del 2013 de una ceremonia de beatificación de mártires durante la Segunda República Española (1931-1939), que congregará ante los altares a otro medio millar de nuevos beatos.