JUICIO EN LA AUDIENCIA DE BARCELONA

Un jurado decide a partir de hoy si el yerno de los Tous es culpable o no de homicidio

Imagen de la cámara de seguridad de la finca de los Tous en la que se ve a Corominas, que en una mano lleva una pistola y en la otra, un teléfono móvil por el que habla, la noche del 9 de diciembre del 2006.

Imagen de la cámara de seguridad de la finca de los Tous en la que se ve a Corominas, que en una mano lleva una pistola y en la otra, un teléfono móvil por el que habla, la noche del 9 de diciembre del 2006. / periodico

J. G. ALBALAT / Barcelona

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La Audiencia de Barcelona revive a partir de este lunes el suceso ocurrido el 9 de diciembre del 2006 a unos metros del chalet que los joyeros Tous tienen en Sant Fruitós de Bages en el que su yerno, Lluís Corominas, mató a un individuo que pretendía asaltar la casa. Un jurado deberá decidir ahora si el acusado es culpable o no de homicidio.

La fiscalía reclama para Corominas, que coordinaba la seguridad de la familia, 11 años de prisión por presunto homicidio y requiere que se le apliquen las atenuantes de obcecación ("actuó bajo la influencia de un estado nervioso" al ser advertido del intento de robo y "por el clima de inseguridad ciudadana que se respiraba aquellos días" por los asaltos a chalets) y reparación del daño (depositó en el juzgado 150.000 euros para indemnizar a la familia de la víctima). La acusación particular exige 14 años de cárcel, mientras que la defensa, ejercida por el exmagistrado de la Audiencia Nacional Carlos Bueren, sostiene que el imputado (que estuvo en la cárcel 65 días y salió libre tras pagar una fianza de 150.000 euros) actuó en defensa propia. Y es precisamente el debate en torno a los límites de la legítima defensa lo que está en la raíz de la gran expectación generada por este caso.

"Me vi muerto y cogí mi pistola"

"La imaginación me jugó una mala pasada". Corominas creyó ver una pistola en las manos del conductor de un Renault Mégane aparcado cerca del chalet de sus suegros en Sant Fruitós de Bages. Él pensaba que unos desconocidos iban a robar y le vino a la cabeza un flas del secuestro de un niño perpetrado días antes en Begur. Sospechó del vehículo y se acercó en su todoterreno Mercedes. Se puso en paralelo al turismo. Dos individuos estaban dentro y le pareció que uno tenía un arma, que nunca ha aparecido. Y disparó.

"Me vi muerto e instintivamente cogí mi pistola", confesó Corominas ante el juez en diciembre del 2006. Disparó dos tiros "sin mirar hacia donde". "Quizá el ademán que hizo el conductor me llevó a disparar, jugándome mi imaginación una mala pasada", afirmó en su declaración, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO. Una de las balas impactó en la cabeza del albanokosovar Sinani Garmed y lo mató. Su acompañante (ahora desaparecido), Dujji Kosum, nacido en Serbia, vio como su amigo "sangraba por la nariz y la boca y caía sobre el volante sin tener tiempo de reaccionar". Asustado, salió del coche y se tiró al suelo. "Por favor, no me mate", gritó. El yerno de los Tous lo encañonó hasta que llegaron los Mossos d¿Esquadra.

Cámara de seguridad

Una prueba clave son las imágenes grabadas por una cámara de seguridad de la vivienda de los joyeros. A las 18.45 horas de ese 9 de diciembre, Corominas recibió una llamada telefónica de un vigilante que le comunicó que a través de las cámaras estaba viendo a dos intrusos en los jardines del chalet. El día antes había pasado algo similar. El acusado, que estaba en su casa en la misma urbanización, se dirigió al domicilio de sus suegros. Salió de su coche con una pistola en la mano.

Pero a los pocos segundos, al girarse, vio el Renault Mégane aparcado a unos 50 metros y encarado hacia el chalet de los Tous. Corominas sospechó que sus ocupantes formaban parte del grupo de intrusos. Subió a su todoterreno y fue hacia el vehículo. Su conductor arrancó el motor y al poco se paró. El yerno de los Tous disparó hacia el interior del coche y mató al conductor. El acusado insistió varias veces ante el juez instructor en que el fallecido tenía una pistola, aunque no se encontró. "Cerré los ojos y no sé si me apuntó en algún momento con ella", admitió Corominas. "Tuve una reacción de supervivencia --agregó--. Disparé sin mirar hacia donde, sin intención de herir a nadie, en un acto de defensa". Y precisó: "De no haber visto la pistola no hubiera disparado".

El fiscal que se encargó del proceso fue duro en sus primeros informes: "Esto no es el Oeste, si me permite la expresión". Después, fue rebajando el tono. Un dato que juega a favor del acusado es que en el coche conducido por la víctima se hallaron enseres para perpetrar un robo. La fiscalía admite en su acusación que el fallecido y su acompañante formaban parte de un grupo que intentaba asaltar la vivienda de los Tous.