LOS PLANES DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN

El Gobierno prepara la reducción a la mitad de las asignaturas de bachillerato y ESO

ANTONIO M. YAGÜE / Madrid

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La reducción del número de asignaturas en el bachillerato y algunos cursos de la ESO es uno de los principales puntos de la reforma educativa que este viernes lleva al Consejo de Ministros el titular de Educación, José Ignacio Wert. Como contrapartida, se dará más peso a las materias instrumentales, como Lengua, Matemáticas y el idioma extranjero. El objetivo es abrir un debate con el sector durante los próximos meses y llevar en otoño al Congreso el anteproyecto de la reforma.

Actualmente, tercero de la ESO llega a tener hasta 13 asignaturas, y en otros cursos no hay menos de 10. Y en el bachillerato, hasta 12. Educación estudia la posibilidad de que, en los dos niveles educativos, los alumnos no lleguen a tener más de seis o siete materias.

La reforma también convertirá el 4º de ESO en un curso de iniciación con dos vías, hacia la Formación Profesional (FP) o el bachillerato. Wert es partidario de que incluso la vía destinada a la FP se empiece a abrir en 3º de ESO, con la elección de algunas asignaturas. Pero antes de llegar a la secundaria el Gobierno quiere que los alumnos pasen una prueba de acceso en 6º de primaria, en la que demuestren que poseen los conocimientos básicos, cara a evitar un futuro fracaso escolar.

Prácticas en empresas

La reforma de la FP será otro elemento central del nuevo sistema educativo, con el objetivo de combinar la formación con las prácticas remuneradas en las empresas. El programa piloto se pondrá en marcha de manera experimental el próximo curso.

El nuevo modelo pretende que el porcentaje de alumnos que estudian FP (32%) aumente hasta equilibrarse con el de los de bachillerato (68%) y,sobre todo, facilitar la inserción laboral de los jóvenes.

La propuesta de Wert incluye el diseño de la carrera docente mediante un estatuto, una reivindicación del colectivo tan histórica y compleja que ningún Gobierno de la democracia ha osado acometer. El ministro quiere acompañarla de otra patata caliente: la profesionalización de la función directiva.