Edurne Pasaban enseña a esquiar fuera de pistas en el Vall d'Aran

La alpinista vasca inicia una nueva etapa profesional pensada para "acercar la montaña a todo el mundo"

Un telesilla situado en la zona de Vaquèira conduce a esquiadores y 'snowboarders¿ hacia las cotas más altas de la estación, ofreciendo una panorámica de las montañas del Vall d'Aran.

Un telesilla situado en la zona de Vaquèira conduce a esquiadores y 'snowboarders¿ hacia las cotas más altas de la estación, ofreciendo una panorámica de las montañas del Vall d'Aran. / periodico

EDUARD PALOMARES / Barcelona

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La evolución del esquiador está determinada por un código de colores, que comienza en el verde para finalizar en el negro. Pero una vez alcanzado el nivel experto, llega el momento de encarar nuevas aventuras. Y estas suelen buscarse fuera de los límites de la estación de esquí, optando por modalidades que permiten multiplicar las sensaciones que se obtienen en los descensos. Sin embargo, para iniciarse en ellas no solo hace falta un elevado nivel técnico, sino un buen conocimiento de la montaña y de los riesgos que esconde. Por eso, es recomendable dar los primeros pasos en buena compañía, y puestos a escoger, quién mejor que alguien comoEdurne Pasaban.

La alpinista vasca, después de convertirse en la primera mujer en ascender los 14 ochomiles del planeta, ha abierto una nueva etapa de su carrera profesional a través de una agencia de viajes y aventuras (www.edurnepasabanexpeditions.com) pensada para "acercar la montaña a todo el mundo". Organiza, por ejemplo, itinerarios por el Nepal, pero también ha optado por propuestas más próximas y accesibles, como el curso de cuatro jornadas en el Vall d'Aran con el objetivo de iniciar a los aficionados en especialidades como el esquí de travesía (que implica también el ascenso) o los descensos fuerapistas sobre nieve virgen. "He entrenado mucho por las montañas aranesas y las conozco muy bien, así que me parecía un buen lugar para comenzar a enseñar todo lo que he hecho durante estos años", explica Pasaban.

Unos cursos que ponen el acento en la necesidad de extremar la precaución cuando uno sale del ámbito de influencia de una estación de esquí. "Es muy importante comenzar de cero, como yo pude hacer cuando era muy joven. Esto te permite entender la montaña; saber por dónde se puede pasar y por dónde no", recalca. Con las laderas de la Bonaigua, Dossau y Montgarri como centro de operaciones --y los remontes de Baquèira-Beret como punto de apoyo--, estas estadías se dividen en dos bloques, uno dedicado al esquí de montaña (cada vez más popular gracias a las hazañas de Kilian Jornet) y otro al fuerapistas o 'freeride'. Siempre, eso sí, con la seguridad como premisa básica. Y es que no se debe olvidar que el hambre de aventuras se debe combinar siempre con una buena dosis de sentido común.

Siguiendo con la búsqueda de nuevos retos que permitan romper con las rutinas habituales, las páginas de 'A punto de nieve' también recogen los nuevos 'safaris' de Baquèira Beret (www.baqueira.es). Se trata de itinerarios señalizados que permiten recorrer de cabo a rabo los diferentes sectores de la estación aranesa mediante tres itinerarios distintos en base a su nivel de dificultad --azul, rojo y negro--, con una duración media de entre cuatro y cinco horas. "Es una forma de animar a los esquiadores a que exploren todas las posibilidades que ofrecen nuestros 120 kilómetros de pistas", comenta Josep Albòs, director de márketing de Baquèira.