DENUNCIA POR LA ATENCIÓN SANITARIA

Dos familias denuncian al SEM y una mutua por homicidio imprudente

Dos enfermos murieron tras recibir un diagnóstico erróneo por teléfono

NALINI LEPETIT-CHELLA / BARCELONA

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Dos familias que sufrieron el fallecimiento de un pariente, respectivamente el pasado mes de enero y de marzo, han denunciado por negligencia a médicos del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) y, una de ellas, también a un médico de la mutua Sardomus por sus diagnósticos, que derivaron en la muerte de los pacientes, afirman. Ambas han presentado sendas denuncias por un delito de homicidio por imprudencia y omisión del deber de socorro ante un juzgado de instrucción de L’Hospitalet de Llobregat, los días 1 y 4 de septiembre.

En uno de los casos, el paciente, que tenía 44 años, había sido atendido de una fuerte fiebre en el centro de urgencias de atención primaria (CUAP), donde un análisis "indicaba la existencia de una grave infección" con una "fiebre [que] no estaba especificada", según consta en el texto de la denuncia. Tras una semana y media, y al ver que los síntomas no remitían, su mujer llamó al SEM desde su domicilio. Pidió cinco veces que un médico se fuera allá porque su esposo “no [podía] ir al médico”, según la grabación de la llamada que presentó El Defensor del Paciente durante una rueda de prensa el pasado martes.

Según la denuncia, el enfermero, que diagnosticó "una gastroenteritis aguda", se negó a enviar alguien -"El médico, ¿qué cree que puede hacer en su casa?", denuncia la esposa que le dijo quien la atendió- y le aconsejó "suero oral, dieta y Aquarius", "combinar ibuprofeno con paracetamol (…) y hacer baños de agua tibia". Tras dos días, al ver que no había mejora, la pareja llevó a su marido a urgencias del hospital Vall d'Hebron, donde falleció horas después de un “shock séptico”, posiblemente a causa de una diverticulitis colónica.

En el segundo caso, el paciente tenía 47 años y, según su mujer “le costaba respirar” y tenía "40 grados de fiebre". Primero llamó a la mutua Sardomus, que mandó a un médico. Según la denuncia que la familia hizo contra él y el SEM, el facultativo diagnosticó un broncoespasmo y le recetó medicinas y descanso durante tres días, pero la valoración que tiene la mutua sería "de bronquitis aguda". Aproximadamente cuatro horas después, hacia la 1.40 de la madrugada, al oír su marido "respirando muy fuerte" y verlo sin reacción y con "espuma blanca por la boca", la mujer llamó al SEM, diciendo que "sospechaba que era un infarto".

Según el abogado de la asociación El Defensor del Paciente, José Aznar, que asesora el caso, el médico diagnosticó por teléfono que "seguramente" era un "cuadro vagal". Aconsejó a la esposa "no se preocupe que no pasa nada", según la grabación de la conversación presentada el martes, y que ya pasaría "un médico a visitarle", y le sugirió que bebiera Aquarius. Este detalle hace sospechar a Aznar que podría tratarse de la misma persona del SEM en ambos casos.

A las 2.06, la hija de la pareja llamó el SEM, según la denuncia, porque "su padre no respiraba y estaba inconsciente". La ambulancia llegó a las 2.20, y "no pudo hacer nada", según la mujer.

Los denunciantes reprochan también al SEM la "prepotencia de la persona al otro lado del teléfono" y, a veces, su "chulería", según el término de Carmen Flores, presidenta de El Defensor del Paciente. La entidad también considera responsables “al gobierno de Catalunya y a los responsables de Sanidad", porque cuando la hija del segundo hombre llamó al SEM, su primer interlocutor, antes de pasar con un médico, le dijo: "No cuelgue, a ver qué médico es este... Me cago en la mar serena... Ocupado, ocupado, ocupado... Qué horror..."

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