Voces discrepantes en la Iglesia Católica

Cristianos de base rechazan la contrarreforma del aborto

Església Plural ve en la futura ley «un claro retroceso» del derecho a actuar en conciencia

EL PERIÓDICO
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El movimiento de cristianos de base catalán Església Plural no ha dudado en  manifestar su «más frontal rechazo» al anteproyecto de ley del aborto que impulsa el Gobierno. En un contundente comunicado, Església Plural afirma que la contrarreforma capitaneada por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, «implica un claro retroceso en la garantía que el Estado debe ofrecer a los derechos fundamentales, y en este caso al derecho a la autonomía personal y a la capacidad de actuar de acuerdo con la conciencia en aquellos temas que afectan directamente a la dignidad de la persona».

Desde su «visión ética cristiana», Església Plural no considera que el aborto sea un derecho. Pero sostiene que debe ser regulado en el marco de los derechos «a la vida, y a una vida digna», y el de toda persona «a decidir en conciencia sobre sí misma». Así, el nonato «goza de derechos por los que la sociedad debe velar», pero estos «deben modularse con respecto a los de la madre, en función de la etapa de gestación en que se halle la nueva vida engendrada». Asimismo, el movimiento califica de «inmoral y de una alta hipocresía y perversidad» prohibir el aborto en caso de malformación del feto.

En el mismo sentido se ha pronunciado el colectivo Dones en l'Església. «La reforma no puede ser más retrógrada. Tienes que poder decidir qué hacer con tu cuerpo y con tu vida. La nueva ley no solo no protege a la mujer, sino que además la penaliza», declaró su presidenta. Ernestina Ródenas, al diario Segre.

SISTACH Y LA CEE / Església Plural tampoco ahorra críticas a las palabras de apoyo a la futura ley del arzobispo de Barcelona, el cardenal Lluís Martínez Sistach, «quien todavía la quería más restrictiva». Recuerda que el papa Francisco abogó por «no seguir insistiendo» en el aborto y la moral sexual, y constata que «ninguno de los obispos de España ni de Catalunya está preparado, hoy por hoy, para poner en marcha la nueva línea eclesial» del Pontífice. Igualmente, sostiene que «la jerarquía española no puede olvidar sus raíces nacionalcatólicas que la llevan a aferrarse a influir políticamente en aquellos temas estrella que le garantizan mantener cierto poder sobre la sociedad y sus privilegios materiales: la moral, la enseñanza, el adoctrinamiento y el modelo de familia».

Las cosas no se ven del mismo modo, obviamente, en la Conferencia Episcopal Española (CEE). Su portavoz, José María Gil Tamayo. pidió ayer en Onda Cero que se quite a la Iglesia el «sambenito» de que esté influyendo con su moral propia en esta y en otras leyes. Gil Tamayo aseguró que a los obispos no les suena bien «ni la música ni la letra» del anteproyecto de ley, puesto que «no se puede legitimar la muerte de un inocente», pero que esa no es una opción religiosa ni política, sino «de humanidad», y es compartida por no creyentes y por practicantes de otras

religiones.