Cerrado un 'onsen' japonés por orgías descontroladas

Y tras las orgías, un tradicional 'onsen' japonés ha tenido que ser cerrado. Las quejas se hicieron insostenibles y la Asociación de Turismo Hot Spring Shiobara anunció en su sitio web esta semana que el hotel Fudo no Yu, un conocido centro turístico en la ciudad de Nasushiobara, ha tenido que cerrar sus puertas, según informa el 'Sankei Shimbun'. Durante el año pasado, se presentaron quejas regulares con la gestión del 'Onsen' Fudo no Yu, un romántico hotel tradicional japonés famoso por sus aguas termales y ambiente íntimo. Las quejas aludían al exceso de atmósfera romántica, que en más de una ocasión había desembocado en orgía grupal, algo indudablemente alejado del espíritu tradicional de estos reductos de paz y tranquilidad.

El caso es que los que acudían a estos baños encontraban algo más que un momento relajado. La prensa local ha descrito que los "actos lascivos" se apoderaron del lugar, algunos de los cuales fueron incluso filmados.

Fudo no Yu incluye una zona de baño al aire libre en una zona boscosa junto a un río de aguas calientes. Con la cuota de inscripción, los clientes podían disfrutar de un fin de semana con posibilidades inesperadas y sin excesivo control por parte de los anfitriones. El caso es que las orgías empezaron a ser habituales, al ser uno de los pocos establecimientos de este tipo en el que en las piscinas naturales podían entrar tanto hombres como mujeres. Ellos naturalmente desnudos, ellas naturalmente desnudas pero con alguna prenda fácilmente escamoteable. En las juergas del 'Onsen' solían participar al menos una quincena de hombres de mediana edad y mujeres jóvenes o no tanto. 

SITUACIÓN DESCONTROLADA

El asunto se descontroló con la difusión pública de alguno de los vídeos de esas orgías, el uso indiscriminado de móviles por parte de participantes y voyeurs. Algunas de las imágenes terminaron en internet, acrecentando todavía más el prestigio del lugar como meca del desenfreno a la japonesa. Los 'onsen' son la versión japonesa del spa occidental, el baño turco, etcétera. Generalmente la desnudez es vista por los japoneses como algo normal y los patrones culturales y morales ante el sexo son distintos a los occidentales. Pese a esa actitud más abierta, las miradas tienden a eludir al prójimo. La distancia entre la relación sexual y la afectiva puede separarse más facilmente que en Occidente.  

Un hombre de negocios de 45 años de edad reconoció ante la prensa que los problemas en el complejo no se limitaron a la conducta erótica. El robo de ropa y pertenencias personales también se apoderó del lugar, aunque el número de denuncias no ha sido muy elevado.