Un café para imprimir en 3D

Hay bares con figuras de hielo, con decoraciones polinesias, temáticos del rock, del Barça e incluso de cadenas de televisión. Hubo un tiempo en que, además, proliferaron los cibercafés, donde se compraba tiempo de conexión a internet y podías tomarte algo mientras consultabas el correo o jugabas a un videojuego. En los últimos años han surgido cafeterías donde el wifi es ya tan imprescindible como las servilletas y los clientes pasan horas con sus propios portátiles o tabletas. Pues ahora llega una nueva vuelta de tuerca: nace el café donde imprimir figuras o modelos en 3D mientras charlas y te tomas una bebida. Es el fab cafe.

La impresión en 3D, utilizada para crear prototipos industriales o pequeñas piezas de plástico decorativas o de recambio, es una tecnología en auge, sobre todo para fines domésticos. El abaratamiento de las máquinas (que ya están por debajo de los 1.000 euros cuando hace un par de años no bajaban de los 3.000 euros) ha hecho que comiencen a surgir los primeros modelos para tener en casa o para despachos profesionales pequeños de artesanos, arquitectos o ingenieros.

Y para los curiosos, además de los talleres que se hacen en entidades de toda Barcelona, acaba de abrir el Fab Café, el primer bar europeo donde se puede imprimir un prototipo en 3D mientras se degusta un café, un pastel o un cupcake. Está en la entrada del Makers of Barcelona (MOB), en el Eixample, un espacio compartido para profesionales que trabajan en disciplinas creativas, lo que ahora se llama coworking. El lugar quiere promover la cultura maker, un movimiento surgido en EEUU que pretende recuperar el sentido artesanal de la producción pero con las herramientas del mundo digital.

Vida 'off line'

«Nuestra idea es que la gente pueda venir y hacer sus modelos mientras se toman algo, y divulgar la tecnología de las impresoras 3D para que te puedas hacer tus propias cosas en casa», afirma Cecilia Tham, una estadounidense de origen asiático afincada en Barcelona, creadora y alma del MOB.

Cualquiera puede venir con su portátil, conectarse a la red wifi del espacio e imprimir el modelo que haya creado con software gratuito que puede descargarse de internet o con sofisticados programas de diseño. También disponen de una cortadora-grabadora láser que, aseguran, es «única en España» y que permite grabar logotipos o mensajes sobre todo tipo de superficies. Así tienen a la vista zapatillas con logos personalizados, un mapamundi troquelado, una versión de un libro de Blancanieves en 360 grados convertido en lámpara o galletas y tostadas con figuras impresas.

«También queremos fomentar ese acto off line de tomar un café y hablar con otras personas. Claro que podrás venir, hacer tu pedido de impresión y recogerlo después, pero está bien que te quedes y hables con los demás», comenta Tham. Total, imprimir una figurita tarda un buen rato.

La idea surgió, cómo no, en Japón, en el barrio de Shibuya, cuna de las tendencias en Tokio. El fab cafe japonés permite, incluso, crear una versión 3D del cliente a partir de un escáner corporal y además imprimirlo en chocolate.

Después se abrió otro fab café en Taiwán, y ahora abre en Barcelona, imitando el modelo pero con otras herramientas. Aquí los pasteles se hacen con horno y no con impresora, y el café, con máquina de bar. Las impresoras las pone EntresD, una empresa catalana que vende sus modelos en grandes superficies y por internet.

«Barcelona está poniendo mucho esfuerzo en ser la capital europea de la fabricación digital», proclama Tham. La primera semana de julio se celebrará la conferencia Fab 10, en la Fira de Barcelona, que espera atraer a centenares de interesados en el tema con una semana llena de actividades que incluirá la construcción de una casa en tres dimensiones con materiales hechos con impresora 3D, además de más fab cafes de carácter temporal en varios escenarios.