Publicada en El PEriódico el día 24 de agosto

El acoso al caracol manzana evita que la plaga afecte a los arrozales

Caracoles manzana capturados durante las operaciones de limpieza en los arrozales del delta del Ebro, ayer.

Caracoles manzana capturados durante las operaciones de limpieza en los arrozales del delta del Ebro, ayer.

SÍLVIA BERBÍS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La intensificación de las medidas aplicadas para combatir el caracol manzana en el delta del Ebro ha logrado que la plaga apenas afecte a la cosecha de arroz. Arroceros y responsables de la Conselleria d'Agricultura de la Generalitat y del sindicato Unió de Pagesos coinciden en tildar de «insignificante» la afectación que el dañino gasterópodo causará a la producción. La amenaza, que el año pasado empezó a hacerse realidad con las primeras ocho hectáreas de arroz perdidas, no ha pasado a mayores por el paquete de actuaciones diversas desplegadas especialmente en los últimos tres meses.

Los tratamientos con saponina, una sustancia tóxica extraída de las camelias y esparcida mediante fumigaciones desde helicópteros y tractores, la retirada manual y posterior quema de caracoles con sopletes por parte de una brigada contratada mediante un plan de ocupación y la instalación de trampas físicas y barreras en los canales de riego y desagüe han permitido detener la plaga en los campos de arroz. «Se está actuando con métodos muy diferentes y los daños serán ínfimos, como máximo se perderán dos hectáreas», señaló ayer el director territorial de Agricultura, Pere Vidal.

Dani Forcadell, responsable del sector del arroz de Unió de Pagesos, asegura que la actual cosecha no corre ya peligro -aunque faltan aún 15 días para entrar en el grueso de la recolección-, puesto que los ejemplares adultos no atacan a las plantas maduras.

JUSTO A TIEMPO / «Se actuó en la época clave, cuando crecían los tallos, de manera que la progresión dentro de las fincas se ha detenido», destaca. Forcadell indica que ahora el problema es que «la plaga está descontrolada en la red de desagües, de manera que hay que redirigir la lucha para evitar que tras la cosecha se dispare de nuevo la población». Agricultura ya ha empezado a probar un sistema piloto para garantizar la eficacia de la lucha, que ahora debe centrarse, consideran los técnicos, en los canales de agua. Se trata de un filtro cuyo coste se eleva a 90.000 euros, con un sistema de autolimpieza incorporado, diseñado para evitar que las huevas lleguen a zonas ya esterilizadas.

«Ahora estamos pendientes de las medidas que se deberán implantar tras la temporada», apuntó Jordi Casanova, presidente de la cooperativa Arrossaires del Delta de l'Ebre. Los arroceros desconocen si estas incluirán de nuevo el secado prematuro de los campos de arroz, aunque no es probable. La Generalitat, por su parte, espera obtener una ayuda de 3 millones de euros de la Comisión Europea que sumar a los 3,5 previstos en combatir la plaga.