REVELACIONES SOBRE EL ORIGEN DE UNA DOLENCIA VENÉREA

Colón no importó la sífilis

El hallazgo de pruebas de la enfermedad en siete esqueletos británicos de los siglos XIII al XV desmonta la teoría de que el navegante y su tripulación trajeron el mal a Europa desde América

Los reyes católicos reciben a Colon, en un cuadro de 1846 de Joseph-Nicolas Robert Fleury.

Los reyes católicos reciben a Colon, en un cuadro de 1846 de Joseph-Nicolas Robert Fleury.

BEGOÑA ARCE
LONDRES

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Los muertos a veces hablan. Y los siete esqueletos humanos desenterrados junto a lo que fue un hospital de Londres pueden tener la última palabra en una larga disputa científica e histórica. Los restos pertenecen a enfermos de sífilis y su descubrimiento mostraría que la temible enfermedad ya existía en Europa antes de que Colón descubriera América. La hipótesis, ampliamente difundida, de que el navegante y sus hombres contrajeron el mal en el Nuevo Mundo y lo introdujeron en nuestro continente quedaría desterrada.«El descubrimiento pone fin a la teoría de que Colón fue quien importó la sífilis»,afirma el investigador Brian Connell, osteólogo del Museo de Londres.«Estamos seguros de que Colón no tuvo nada que ver con la aparición de la sífilis en Europa».

Las pruebas obtenidas por Connell en sus trabajos científico-detectivescos se basan en los restos de dos cuerpos que fueron enterrados entre el 1200 y el 1250 y de otros cinco cadáveres que recibieron sepultura entre el 1250 y el 1400. Los siete esqueletos procedían del hospital de St. Mary Spital, en el que muy probablemente acabaron sus días, aquejados de sífilis. El lugar quedaba entonces a las afueras de la capital, en los que hoy es el vibrante barrio de Spitalfields.

Paisaje lunar en el cráneo

Entre las tibias y calaveras hay el cráneo de un niño o una niña de unos 10 años. El menor, cuyo sexo no se ha podido determinar, debió heredar de su madre la enfermedad venérea, que desfiguró su rostro y dejó unas profundas marcas y lesiones tanto en la parte izquierda de la frente como en lo que fue el cuero cabelludo. Es muy posible que la criatura se hubiera quedado ciega y tanto ella como los demás contagiados debieron sufrir dolores terribles antes de morir.«El cráneo, que debería ser liso, parece en cambio un paisaje lunar. Los síntomas[de la sífilis]son evidentes», ha declarado Connell al diarioThe Times. Las deformaciones indican que las víctimas padecían la forma venérea de la enfermedad, distinta a otras variantes cuya transmisión no es sexual.

Connell se ha valido de una técnica empleada en arqueología, el carbono 14, para determinar la antigüedad de los restos. Y el resultado irrefutable, afirma, es que son anteriores al primer viaje de Colón a América en 1492. Lo demuestra el análisis de radiocarbono y lo ratifican las monedas y otros objetos aparecidos junto a los cadáveres.

Durante mucho tiempo tres hipótesis han tratando de explicar el origen de la sífilis. Una atribuye la llegada de la dolencia a Europa con los navegantes de Colón, que la habrían importado de América después de su primera travesía. Otra teoría habla en cambio de la exportación de la enfermedad de Europa al Nuevo Mundo. Hay por último la tercera vía de los que consideran que la sífilis pudo originarse a partir de una mutación de otras enfermedades bacterianas, muy antiguas y ya presentes en Europa.

Epidemia en Nápoles

El hecho de que estallara en Nápoles una epidemia de sífilis en el último decenio del siglo XV dio alas a la idea de que Colón y sus hombres trajeron la infección. Connell opina que fue una coincidencia.«La gente buscaba a alguien a quien echarle la culpa. Los ingleses la llamaron viruela francesa y los holandeses, viruela española. Cada uno culpaba a otro». Desde Nápoles la sífilis barrió Europa, el norte de África y parte de Asia. La movilización de grandes ejércitos y la rápida urbanización contribuyeron al progreso de la a menudo mortal pandemia.