EL ÓRDAGO SOBERANISTA

Mas e Iceta allanan el camino para evitar el adelanto electoral

Miquel Iceta y Artur Mas interrumpen su reunión para ir a votar

Miquel Iceta y Artur Mas interrumpen su reunión para ir a votar

JOSE RICO / RAFA JULVE / BARCELONA

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Se le ha bautizado en algunos círculos con el nombre de 'Operación Turrones en el Palau'. Hoy por hoy, no está garantizado que la maniobra fructifique, pero los principales actores implicados en ella llevan tiempo invirtiendo esfuerzos para que llegue a buen puerto. El objetivo, como su nombre permite intuir, es dar auxilio a Artur Mas para blindar la continuidad de la legislatura, ahuyentar la posibilidad de unas elecciones anticipadas y evitar el probable escenario de inestabilidad política que dejarían esos comicios. Ese auxilio tiene su piedra angular en la aprobación de los presupuestos del 2015, y la jugada que ha llegado a estar sobre la mesa pasaba por forjar una doble abstención: las del PSC y el PP.

Esta partida comenzó hace tiempo, cuando las especulaciones sobre unas elecciones plebiscitarias antes de finales de año, como recambio de la consulta, se hicieron más fuertes. De ahí que se echase mano de la metáfora navideña para describir el objetivo de la operación: que Mas se comiese los turrones como president. La posibilidad de que los augurios demoscópicos se cumpliesen y ERC ganase las elecciones puso en alerta a socialistas y populares, que empezaron a plantearse la opción de salvar al líder de CiU si, como ha ocurrido, Oriol Junqueras finiquitaba su acuerdo de estabilidad tras el 9-N.

LOS GESTOS / Fuentes conocedoras de estas maniobras aseguran que a su favor ha jugado la buena relación que une a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y al primer secretario del PSC, Miquel Iceta. Como reveló EL PERIÓDICO en octubre, ambos se reunieron a finales de julio en la Moncloa y han mantenido contactos telefónicos con posterioridad a fin de explorar un pacto sociovergente.

Con ese trasfondo, el flirteo entre los socialistas y el Govern no ha dejado de acentuarse cada día que pasa, y ayer tuvo su confirmación con la oferta de estabilidad que Iceta le hizo a Mas para el resto de la legislatura en la reunión que ambos mantuvieron en el Parlament. El PSC está dispuesto a abstenerse e, incluso, a apoyar los presupuestos siempre que el president descarte el adelanto electoral. La frialdad que existía entre Mas y el exlíder socialista Pere Navarro se ha convertido en diálogo fluido y cordial con Iceta. Fuentes socialistas explican que, en paralelo, en los últimos días se han recuperado canales de comunicación entre consellers del Govern y el PSC a fin de escenificar esa buena sintonía.

Este cambio de actitud es, en parte, una imperiosa necesidad para CiU, ya que, al verse privada del sostén de ERC, se expone a derrotas parlamentarias en muchas votaciones. Así, en el pleno de esta semana, los socialistas han retirado dos enmiendas a la totalidad a sendos proyectos de ley del Ejecutivo. Pero el cortejo sociovergente trasciende al Parlament, pues en ese contexto hay que interpretar la colaboración que el alcaldable socialista Jaume Collboni prestó al alcalde Xavier Trias al abstenerse en la primera votación del presupuesto municipal de Barcelona.

Otro gesto de (muy) buena voluntad se producirá hoy. El PSC registrará este mediodía sus peticiones de comparecencias en la comisión de investigación del 'caso Pujol', que se votarán el próximo martes. El perfil de las solicitudes será eminentemente técnico, con un buen número de expertos en lucha contra el fraude fiscal y la corrupción. En cuanto a las peticiones de políticos, la intención de los socialistas, según fuentes del grupo, es ceñir el alcance de las pesquisas a la confesión del 'expresident' a los escándalos que afectan a la familia, pero evitando salpicar a CDC. Eso significa que el PSC quiere que Jordi Pujol vuelva a comparecer, pero no prevé citar a su hijo político, es decir, a Mas. «Sin confesión de Pujol no hubiera habido comisión. No la convertiremos en un espectáculo, como harán otros grupos», alegan fuentes socialistas.

CAMBIO DE GUION / Sin embargo, el 9-N ha modificado el guion de la operación por lo que respecta al PPC. Antes del sucedáneo de consulta, algunos cargos conservadores especularon con la posibilidad de abstenerse en las cuentas del 2015 si el PSC hacía lo propio. Así, CiU podría sacarlas adelante. Pero después de que Mas saliese fortalecido el domingo, el enfado con el president y también el de muchos miembros del PPC con Rajoy por haber permitido las urnas ha roto cualquier puente de distensión, y más aún si a ello se añade la posible querella de la fiscalía.

«Habría diputados que pondrían el cargo a disposición del partido si nos abstenemos», advierte una fuente del PPC. El enojo por la «inacción» ante el 9-N llevó ayer a Alicia Sánchez-Camacho a reunir por segundo día consecutivo a su grupo para tratar de limar asperezas y, además, el partido enviará hoy al vicesecretario de organización, Carlos Floriano, para intentar demostrarles que no están tan «solos» como denuncian los más críticos.

Pese a ello, el PP sigue de cerca la operación y, circunstancias de la política, no vería con malos ojos una sociedad CiU-PSC si así se evita un adelanto electoral. A los populares, como a los socialistas, no les conviene que haya comicios próximamente porque son conscientes de que se darían un sonoro batacazo. Por eso, el PP aplaudiría en privado un apoyo del PSC a los presupuestos.