Cita en la Casa Blanca

Los empresarios, a por la alta velocidad

G. ROBLES / R. MIR DE FRANCIA / Washington

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Son aproximadamente una quincena de empresarios españoles los que acompañan a Mariano Rajoy en esta visita a Washington. Integran esa delegación el presidente de Telefónica, César Alierta; el de ACS, Florentino Pérez; el de Acciona, José Manuel Entrecanales; el de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán; el de Indra, Javier Monzón; y el de CaixaBank, Isidre Fainé, que estarán acompañados también por importantes cargos de Abengoa, el Santander, el BBVA, el Sabadell o las compañías AbertisFerrovial Inditex. El nutrido y diverso grupo, al que se ha sumado el presidente de la CEOE, Juan Rosell, evidencia la relevancia que para la economía española tiene Estados Unidos, el primer país de destino de sus exportaciones fuera de las fronteras europeas. En el 2012, las exportaciones españolas alcanzaron los 9.000 millones de euros, superando la suma de las de México, Brasil, Venezuela y Canadá.

Los empresarios españoles, que forman parte del Consejo Empresarial de la Competitividad, han aprovechado la tarjeta de visita que supone el encuentro de Rajoy y Barack Obama y se han confeccionado una agenda de trabajo en Washington que incluye una entrevista que tendrá lugar hoy con los asesores económicos del presidente estadounidense, Valerie Jarrett y Jason Furman. Quieren afianzar las inversiones que ya tienen en EEUU y buscar nuevas oportunidades de negocio como la que puede suponer, según sus previsiones, la instalación de trenes de alta velocidad en este país.

SECTORES DE INTERÉS / Y es que la Administración estadounidense lleva un notable retraso en el desarrollo de este tipo de instalaciones ferroviarias frente a sus principales competidores. En el 2011, el presidente Obama propuso una inversión de 53.000 millones de dólares para construir líneas de alta velocidad en todo el país, pero dos años después apenas se ha materializado ninguno de los proyectos barajados, dada la oposición política con la que se ha topado en varios estados afectados o por las dificultades de financiación. De hecho, dos consorcios encabezados por empresas españolas -Dragados (ACS), por un lado, y Ferrovial y Acciona por otro- se quedaron a las puertas de ganar la adjudicación del primer tramo del AVE de California, impulsado por el gobernador Jerry Brown, pero el pliego acabó adjudicándose a un consorcio estadounidense.

Ahora que la crisis parece atenuar su virulencia y que España apuesta sin disimulos por la exportación como medicina para mejorar la maltrecha salud de su PIB, los empresarios y el equipo económico de la Moncloa creen adecuado volver a explorar las posibilidades que ofrece la alta velocidad en Estados Unidos, aunque no se cuenta con un

boom del sector a corto plazo.

Pero hay más áreas en las que esta delegación tiene puestos sus ojos. Y sus intereses. No en vano España es el décimo inversor extranjero de EEUU. Desde el 2005, la inversión en la primera potencia mundial se ha multiplicado por seis, hasta alcanzar un valor acumulado de más de 47.000 millones de dólares en el 2012, lo que representa una cuota del 1,79%, según datos del Instituto de Comercio Exterior. Estas cifras sitúan a la economía estadounidense como el tercer destino de las inversiones españolas solo por detrás de Brasil y el Reino Unido.

Por sectores, la apuesta española se centra en el financiero (Santander, Mapfre, BBVA), energético (Iberdrola, Abengoa, Acciona), infraestructuras y construcción (ACS, Ferrovial) y biofarmacéutica (Grifols). Actualmente más de 700 empresas españolas tienen negocios en EEUU, donde emplean a más de 70.000 trabajadores. La mayoría se concentran en Florida, por la cercanía cultural.