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Cuando llueve es culpa del Govern. Y si hay sequía, también. Más allá del tópico, a menudo el Gabinete de Artur Mas se gana a pulso las críticas y las mareas blancas, sean en Lleida o en el Clínic, están más que justificadas. Pero a veces el Ejecutivo catalán actúa bien y cuando es así es justo reconocer su mérito y esfuerzo. Es el caso de la gestión que la Generalitat ha hecho de la tragedia aérea del Airbus A320. Las intervenciones de la vicepresidenta, Joana Ortega, una de las primeras políticas en llegar a la zona de Le Vernet, en los Alpes franceses, estuvieron marcadas por el rigor, sin caer en el amarillismo tan propicio a este tipo de circunstancias. También el presidente de la Generalitat, Artur Mas, con la discreción necesaria pero actuando como tocaba, se desplazó a la zona cero alpina acompañando a Mariano Rajoy, Angela Merkel y François Hollande.

En situaciones como estas es difícil mantener el tono adecuado. Y más cuando se acercan elecciones y existe la tentación de sacar tajada. No ha sido el caso. Si el foco se sitúa en el Ejecutivo central, las mejorables intervenciones de Rajoy han sido compensadas (una vez más) por las correctas apariciones de su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría. Hablar bien de un gobierno, el que sea, da algo de apuro y puede ser interpretado como una loa innecesaria. Han hecho lo que tocaba, pensará más de uno. Cierto. Pero en un momento de descrédito de la política y cuando la ciudadanía tiene más preguntas que respuestas, también es de justicia reconocer el papel de las instituciones, sobre todo, cuando les toca gestionar sentimientos. Ellos, junto a las decenas de voluntarios, han estado junto a los familiares de las víctimas en los peores momentos de sus vidas. Seguro que ninguno de nosotros nos cambiaríamos por ellos en situaciones semejantes cuando no hay palabra de consuelo que sirva para paliar tanto dolor.

También TV-3 ha dado sentido a su razón de ser, la vocación de servicio, con amplia información sobre el accidente pero sin los tintes sensacionalistas que otras cadenas han dado, una vez más, a una tragedia.

Eso también debería enorgullecernos un poco, incluso a aquellos que a menudo la critican, a veces con razón.