PRIMER ACTO DEL NUEVO ASPIRANTE DEL PSOE A LA PRESIDENCIA DE LA COMUNIDAD

Gabilondo reclama la unidad de la izquierda para ganar Madrid

Ángel Gabilondo saluda efusivo, junto a Pedro Sánchez y Antonio Miguel Carmona, ayer.

Ángel Gabilondo saluda efusivo, junto a Pedro Sánchez y Antonio Miguel Carmona, ayer.

GEMMA ROBLES / MADRID

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Lleno total en el auditorio que acogió anoche la presentación oficial del exministro y catedrático universitario Ángel Gabilondo como candidato oficial del  PSOE para la Comunidad de Madrid. A la misma hora que Pablo Iglesias se daba un baño de multitudes también en la capital para protagonizar «el otro debate de la nación», Pedro Sánchez se vanagloriaba ante los suyos de haber derrotado a Mariano Rajoy desde la tribuna del Congreso y, de paso, presentaba a Gabilondo, su mayor y más arriesgada apuesta para consolidarse en su partido tras haber apartado sin demasiados protocolos o miramientos y con mucha crítica a Tomás Gómez de la dirección socialista madrileña. «Dije que íbamos a cambiar España y ese cambio comienza en el kilómetro cero, en Madrid, con Antonio [Miguel Carmona] como alcalde y con Ángel [Gabilondo] como presidente», dijo.

Sánchez hizo un mitin repasando los ejes principales de su intervención en la jornada del debate sobre la nación del martes, aprovechando la coyuntura de que sus compañeros de filas lo consideran el ganador. Y así se lo demostraron ayer en varias  ocasiones al grito de «¡presidente, presidente!!». «Gracias, pero os recuerdo que por medio hay unas primarias», respondió él con humor.

También se aferró a la fórmula del mitin tradicional Carmona, el aspirante a la alcaldía, que a punto estuvo de perder la voz entre grito y grito en su intento de calentar al público del evento. Y después llegó el turno de Gabilondo, que optó por marcar desde ya  su propio estilo hablando bajito, logrando aplausos al citar al filósofo Immanuel Kant y su tesis de que «no hay mejor política que la  honradez»; reivindicando la importancia de la gramática o despidiéndose con la última palabra de El Quijote, un «vale» cuyo significado explicó a los presentes para justificar que les pedía «fuerza y valor». Eso, en las  formas. En el fondo, una apuesta clara: erigirse como el posible vertebrador de un pacto de la izquierda para terminar con las políticas conservadoras. Sin exclusiones.

Gabilondo se definió como «un independiente, que no indiferente» cuya vinculación con el PSOE le llega a través de la «S» de socialista y de sociedad, esa a la que cree obligatorio dirigir todas las políticas y esfuerzos para construir un Madrid que esté basado en la «economía del conocimiento» y que priorice la justicia y la igualdad.

INSTITUCIONES SÍ, PERO «DIGNAS»/ En un auditorio abarrotado, el exministro dijo que lo suyo al aceptar la candidatura no es «valentía», sino ganas de «acercar» a los ciudadanos un partido que sea capaz de diseñar un proyecto «plural» que atraiga a mayorías. «No estamos aquí para ponernos contentos de lo convencidos que estamos. Estamos para constituir una mayoría y eso pasa por no marginar ni discriminar a nadie», enfatizó. En un contexto en el que las encuestas auguran que la suma de los votos de izquierda podrían sacar al PP del Gobierno autonómico de Madrid, Gabilondo aseguró que los integrantes de otras organizaciones dispuestos a transformar la Comunidad se van a encontrar con el PSOE «al lado, no de frente» y que está decidido a trabajar por la «incorporación». «Nosotros no estamos aquí para describir lo que pasa, sino para hacer que pase otra cosa», avisó, añadiendo que sus prioridad será la lucha «desde instituciones dignas» contra la pobreza «no solo económica, también de expectativas».