tú y yo somos tres

Píldoras que desintoxican

FERRAN MONEGAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En un país donde la tele es una máquina colosal de producir analfabetos, que un patata frita como yo se dedique al análisis televisivo me transforma, por silogismo directo, en la máxima expresión del analfabetismo. O sea que hoy debería dedicar esta columna al pequeño Nicolás, que ha llorado en GHVIP, o a su compañera de jaula, Charlotte Caniggia, que la han contratado en el Deluxe para que cuente qué partes de su anatomía se ha recauchutado. ¡Ah! No obstante, a los enfermos de intoxicación televisiva de vez en cuando nos sobreviene un rapto, un enorme deseo de curarnos, y cuando esto ocurre me tomo la pastilla Jaume Barberà, o sea, me zampo cuatro o cinco de sus Retrats, y me hago la ilusión de que me curo. De hecho, noto una gran mejoría. Su conversación del otro día con el doctor Miquel Porta, por ejemplo, sobre «La nostra contaminació interna» y «Els components tóxics persistents», fue de una lucidez tan útil como terrible. No se referían a la toxicidad de los Telediarios y Telenotícies, hablaban de otro veneno, igual de dañino, que nos inyectan incluso antes de nacer: los plaguicidas, el exaclorobenceno, los bisfenoles... ¡Ah! Ya no venimos a este mundo con un pan debajo del brazo, como decían las almas cándidas antiguas; ahora llegamos con una carga de sustancias ponzoñosas que el progreso mal entendido nos coloca como bienvenida. Nos acompañan, en clave aumentativa, toda la vida. Esta semana Barberà ha estado en la localidad de Borredà con el compositor Carles Cases. Violoncelista, pianista, arreglista, músico en estado puro, se encuentra desde hace 4 años en la exasperante situación de espera de destino. Trabajó con Lluís Llach casi diez años. También creó bandas sonoras para filmes de Ventura Pons, Jaime Chávarri, Jesús Garay, Gonzalo Suárez... Para los que quieran conocer su talento y categoría creativa recomiendo que visiten alguna tienda de discos que todavía no haya cerrado, y que compren su homenaje a Pere Casaldàliga (Araguaia). Yo lo he hecho. El rato que he pasado escuchándolo me ha ayudado a mitigar el analfabetismo del que hoy debería haber hablado aquí. O sea, del pequeño Nicolás. De ese recauchutado de Charlotte Caniggia, O de la aparición de Rajoy,tan inútil, el jueves en el informativo de Piqueras, ¡Ahh! No arrojó ninguna luz. Pero eso sí, el plató estaba tan bien iluminado que apagué las bombillas de mi domicilio. Qué paradoja: ahorré luz, por falta de luz.