15 de octubre

Para tranquilizar el ambiente y con voluntad de reconstruir puentes, el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya ha señalado el 15 de octubre como fecha en que el encausado presidente de la Generalitat deberá comparecer ante los jueces para declarar sobre las acusaciones que le caen encima, fruto de la actividad altamente delictiva en la organización del 9-N. Es un día espléndido para ir al juzgado con el peso de haber contribuido a que la ciudadanía expresara unos sentimientos cívicos, un día en nada connotado históricamente y ciertamente aséptico, como cualquier día de octubre.

Ay, no. Que resulta que el 15 de octubre de 1940 -hace 75 años- los militares fascistas españoles, gracias a la necesaria e imprescindible colaboración de la policía nazi, fusilaron en el castillo de Montjuïc a un presidente elegido democráticamente por el pueblo de Catalunya. Nada, un detalle sin importancia que o bien no ha interesado a las mentes privilegiadas (quizá ni lo sabían) que han confeccionado el calendario o bien, conociendo la significación del día, las ha alentado a avivar el fuego de una acción sin sentido, desmesurada y fundamentada más en el odio que en el afán de convivencia pacífica. Ya hay voces que se han apresurado a comparar, haciendo mofa, la comparecencia con un fusilamiento. Estamos hablando de asuntos muy serios y yo no haré ninguna broma. Por respeto a la memoria, por dignidad civil, por radicalidad democrática.