El año de Martino, una sima enigmática entre dos tripletes

El técnico argentino y el mundo culé no se entendieron aquel año del "fracaso total", y así seguimos

Tata Martino se protege de la lluvia en un partido de Copa en el Camp Nou ante el Elche, en enero del 2014

Tata Martino se protege de la lluvia en un partido de Copa en el Camp Nou ante el Elche, en enero del 2014 / periodico

ELOY CARRASCO

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Por si alguien no está al caso de lo que ha declarado Tata Martino: para el Barça, ganar la Liga sí aporta algo importante. La de este sábado, la del año que viene, la del 2088, si es que para entonces aún existe este tinglado, y, por supuesto la que se perdió en el 2014. Martino se ha puesto reflexivo en la revista 'Panenka' y el hombre da la impresión de que todavía hoy, con lo que ha llovido, no se ha enterado del lugar al que lo trajeron.

En la entrevista apenas le alcanza el enfoque para vislumbrar lo obvio, y hay que decir que le honra admitirlo: lo suyo fue un fracaso total, sentencia con autocrítica. Las muestras alarmantes de desorientación llegan cuando el actual seleccionador argentino profundiza en aquel campeonato tirado a la basura y suelta que, bueno, qué carajo, "estuvo bien" que el Atlético se llevase el trofeo porque, en el fondo, al Barça no le habría aportado nada significativo. Caramba, pero si aquí hasta montamos (y desmontamos) rúas para celebrarlo, menudo despiste.

EN BUSCA DE UN CONSUELO REDENTOR

Dos años después de aquel chasco, el Barça se juega la Liga en Granada y da la impresión de que todo el mundo culé piensa que ganarla aportará algo importante a la historia del club. Martino ha tomado distancia para exponer su pensamiento, que rezuma la frustración de quien siente que estuvo en el mejor sitio en el peor momento, de que el traje le vino grande. Su paso por el Camp Nou apenas dejó huella. Si acaso, pisotones con dolor: la amargura de perder la Liga en casa y la impresión de que no supo o no consiguió conectar, por emplear un término suave, con Messi Iniesta, los dos futbolistas más importantes de este equipo en la última década.

Martino se fustiga con una expresión tajante ("fracaso total") y luego sorprende con esa manera suya de relativizarlo (ganar la Liga "no habría aportado nada al club"), como si buscara un consuelo redentor. Parece que no nos entendimos, don Gerardo, y así seguimos. El año de Martino, una sima enigmática entre las cumbres de dos tripletes.