LA CLAVE
Los enemigos de la Patria
Ciertos tics de Franco perduran 80 años después: en esta democracia sin cultura democrática aún se patrimonializa la patria y se demoniza al rival
Enric Hernàndez
Director
Director de EL PERIÓDICO desde el 2010 y licenciado en Ciencias de la Información por la Universitat Autònoma de Barcelona. En 1998 se incorporó al diario como redactor jefe de Política en Madrid. Un año más tarde, asumió la jefatura de la delegación y, en el 2006, fue nombrado subdirector. También trabajó en 'El País' como director adjunto y en el diario 'Avui', donde inició su carrera profesional.
ENRIC HERNÀNDEZ
Hace 80 años, en la madrugada del 17 al 18 de julio de 1936, el general Francisco Franco lanzaba desde Canarias un mensaje que se puede catalogar como el acta fundacional del Alzamiento Nacional. Merece la pena releer el texto, una declaración de guerra en toda regla luego reproducida por el diario 'Abc'. "¿Es que podemos abandonar a España a los enemigos de la Patria?" (...) Que lo hagan los traidores, pero no lo haremos quienes juramos defenderla", concluye la arenga.
La epístola del militar gallego fue el prólogo de tres años de guerra civil cuyo reguero de sangre todavía no ha coagulado: 200.000 muertos y 114.000 desaparecidos en ambos bandos. Muchos de ellos yacen aún en cunetas y fosas comunes por exhumar. El epílogo a cuatro décadas de dictadura y represión fue una Transición modélicamente desmemoriada: sin honores a las víctimas ni castigo a los verdugos. Es decir, con vencedores y vencidos, otra vez.
Los aliados fascistas del régimen perdieron la posterior guerra mundial, que enquistó la autarquía española y partió en dos el mapa de Europa, con el Telón de Acero como ominosa frontera. Pero al menos el ocaso de los viejos imperios permitió que en la mitad occidental del Viejo Continente los estados se modernizaran y arraigasen la democracia y la prosperidad. De estas tres virtudes, solo la tercera pudo rozar la España franquista, de forma tardía y mal repartida.
La muerte del dictador en su lecho presentó el advenimiento de la democracia no como una conquista, sino como una concesión. Y toda concesión exige contrapartidas: aquí, un ejercicio de amnesia colectiva que, junto a los 40 años de tiránica hibernación, explican las malformaciones de una democracia huérfana de cultura democrática.
Franco, presente
Aún hoy se patrimonializa la patria. O se demoniza a los adversarios como “traidores”. Los pactos ajenos son complots. Las tensiones territoriales, vísperas del “desangramiento” de la nación. Y la Constitución se apuntala como empalizada. Conceptos textualmente presentes, todos ellos, en la diatriba golpista de Franco.
Mucho hemos avanzado en estas décadas; no es poco lo que todavía nos queda por aprender.
- Encuesta prohibida de las elecciones en Catalunya: tercer sondeo
- El nuevo impuesto que llega a Catalunya: comprueba si tienes que pagarlo
- La crítica de Monegal: Lleva siempre, en efectivo, 20.000 euros en el bolso
- Supervivientes 2024': Laura Matamoros, expulsada, Kiko siembra el caos y Pedro repite en la lista de nominados
- Un banco marroquí denuncia los bulos e "invenciones" que le relacionan con Begoña Gómez
- Esto es lo que ocurre si limpias la casa con vinagre y el rollo de cartón del papel higiénico
- Barcelona precinta el bar de copas famoso por ser donde Piqué y Clara Chía se conocieron
- La Policía Local de Santa Coloma localiza y auxilia a una mujer 104 años que se había desorientado