El conflicto del metro llega a su fin

La suma de los conflictos laborales que han alterado la movilidad de los barceloneses, y de las miles de personas que visitan por estas fechas la ciudad, pudo tener ayer un positivo punto de inflexión. Después de tres meses realizando cada lunes paros en las horas punta, los trabajadores del metro de Barcelona aceptaron una propuesta de nuevo convenio y desconvocaron las jornadas de huelga previstas. Acaba así  un pulso negociador que se ha prolongado un año y medio y que ha causado gran malestar ciudadano. Para llegar a la firma de la paz han tenido que realizarse más de 80 reuniones entre los representantes de los trabajadores y de la patronal TMB. Una negociación tan larga como infructuosa había ya desembocado en un callejón sin salida y puesto seriamente en duda las capacidades negociadoras de las partes. Al final, la creciente presión social ha empujado a un acuerdo que ha coincidido con la reciente sustitución de la representante municipal en las conversaciones.

La jornada de ayer, sin embargo, tuvo su cara oscura. En la sexta movilización del año del sector del taxi contra las licencias de conductores particulares que utilizan plataformas digitales, la 'flota amarilla' bloqueó y causó  graves problemas en algunos de los principales accesos a Barcelona, así como en el aeropuerto de El Prat, afectado también desde hace días por una huelga encubierta de trabajadores de una empresa de seguridad que amenaza las inminentes jornadas de tráfico masivo de pasajeros.