Opinión | EDITORIAL

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Alerta a los partidos

La encuesta de GESOP publicada ayer y hoy por EL PERIÓDICO confirma que, en un clima de malestar general, los ciudadanos exigen acabar con la vergüenza que supone que Catalunya sea la única comunidad autónoma que no dispone de una ley electoral pasados 33 años desde la recuperación de la democracia. Una ley que acerque la acción de los elegidos a las metas de los electores. Nada menos que el 75% de los encuestados creen que es necesaria esta ley, algo de lo que se han hecho eco estas páginas promoviendo un debate sin cortapisas. Frente a la reiterada incapacidad de los partidos de acabar con una provisionalidad nacida durante la transición, se impone la contundencia de los porcentajes: constituyen una aplastante mayoría quienes estiman que debe mejorarse la representatividad del voto.

Se trata de un clamor que coincide con las demandas del movimiento de los indignados, pero que tiene un perímetro mucho mayor. Son los votantes de los grandes partidos, según revela la propia encuesta, quienes desean este nuevo sistema electoral. Lo que finalmente debe mover a reflexión a todos los partidos es que el grueso de los ciudadanos desea cambiar el vínculo entre ellos y los políticos, y no se van a contentar con un tratamiento meramente cosmético del caso. Hacerlo equivaldría a cometer un monumental error de interpretación: creer que es suficiente una reforma lampedusiana -cambiar algo para que nada cambie- y seguir tratando a las víctimas de la crisis como hasta la fecha.

Este clamor a favor de una mejor representatividad del sistema electoral coincide con un momento de cierta estabilidad electoral. El desgaste de los seis primeros meses de Gobierno ha comportado una cierta pérdida de popularidad delpresidentMas, pero sigue siendo el político mejor valorado y mantiene la mayoría parlamentaria con la que ganó las elecciones. El único partido que mejora sus resultados es el PP. Las expectativas de cambio en España y la normalización de su presencia institucional en Catalunya después de las municipales mantienen a sus electores muy movilizados, dato del que deberían tomar nota quienes consideran que la alianza CiU-PP les pasará factura. De momento, no es así.