Opinión | Editorial

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Estaciones de tren sin nivel en Catalunya

La opinión del diario se expresa solo en los editoriales. Los artículos exponen posturas personales.

Dos tragedias ferroviarias recientes –la muerte de 12 jóvenes en la verbena de Sant Joan en Castelldefels y la de una mujer el lunes pasado en Torelló– han planteado la cuestión de la seguridad en las estaciones de tren en Catalunya.

Un chequeo hecho por este diario, ante la negativa de Adif a proporcionar información detallada, indica que la mitad de las estaciones no disponen de pasos elevados o subterráneos para atravesar las vías. En concreto, en 105 de las 200 estaciones o apeaderos de Renfe hay que cruzar las vías a nivel, mientras que 95 cuentan con pasos a distinto nivel, lo que garantiza la seguridad.

No se trata de que todas las estaciones tengan que disponer de pasos elevados o subterráneos porque, en muchas ocasiones, la escasa frecuencia del paso de trenes no justifica el gasto, pero hay algunos casos que llaman la atención, al tratarse de poblaciones grandes o de localidades costeras con gran afluencia de visitantes e intenso tráfico ferroviario. Tàrrega, Manlleu, Valls, Salou y Cambrils son las localidades en las que se echa en falta la construcción de pasos a distinto nivel, pese a que la normativa actual solo obliga a instalarlos en las nuevas estaciones. En las estaciones antiguas, la norma exige únicamente la colocación de carteles que adviertan del peligro de cruzar las vías.

La inexistencia de pasos a distinto nivel en las poblaciones importantes mencionadas se entiende menos si consideramos que Adif, la empresa gestora de infraestructuras de Renfe, asegura haber invertido, desde el 2005 hasta la fecha, 507 millones de euros «en la construcción, modernización y mejora de los accesos en 186 estaciones de Catalunya, el 92% del total».

La mejora de la seguridad en las estaciones de tren es un objetivo deseable, aunque, lamentablemente, eso no impida que se cometan imprudencias que pueden costar accidentes graves. Para demostrarlo están los dos últimos, el de Torelló –donde el paso cumplía las normas de seguridad– y, sobre todo, el de Castelldefels, que contaba con un paso subterráneo perfectamente señalizado que no fue tenido en cuenta a causa de una imprudencia masiva de los pasajeros, como acaba de ratificar la justicia al archivar el caso.