REAPARICIÓN DEL AUTOR DE '19 DÍAS Y 500 NOCHES'

Sabina, ¿quién dijo miedo?

El cantautor dejó atrás anoche su crisis del sábado con un pletórico recital en Madrid

JORDI BIANCIOTTO
MADRID

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Somos humanos y, por tanto, vulnerables, y es atrevido dudar de la profesionalidad de quien pueda expresar una aislada señal de debilidad, como ocurrió el sábado en el recital de Sabina en Madrid, cuando se retiró antes de hora tras experimentardijo, «un Pastora Soler», un episodio de pánico escénico. Anoche todo fue bien en el Barclaycard Center, el antiguo Palacio de los Deportes de Madrid, desde que, con 13 minutos de retraso, y al son de la grabación de Lily Marleen, apareció Sabina con sonrisa franca, pronunciando dos veces la palabra «gracias» de cara al público.

Se extendió en ese mensaje después de cantar las dos primeras piezas de la noche, Yo me bajo en Atocha y Ahora que..., cuando tomó la palabra para lanzar una reflexión. «En una noche como la de hoy, decir gracias es muy poco decir. Pero como dijo Franco cuando mataron a Carrero Blanco, no hay mal que por bien no venga», señaló con un sarcasmo que mantuvo en alto al reconocer que, junto a las «muestras de solidaridad y complicidad» recibidas estos días, advirtió también reacciones más sombrías. «Esa fantasía de ir al entierro de uno, yo la he vivido», ironizó. Pero se mostró partidario de dejar atrás los «negros presagios» con un elevado propósito: ofrecer «el mejor concierto de nuestra vida».

Traje verde botella, bombín y guitarra acústica para abordar 19 días y 500 noches, la canción bandera del disco del mismo título, de 1999, que constituye el leitmotiv de estos recitales. Versión puesta al día, con alusiones al «maldito Facebook». Tras otra de la misma cosecha, Barbie Superstar (que incluyó un injerto de Mueve tus caderas, de Burning), explicó que se decidió a homenajear el disco, en su 15ª aniversario, después de que vinieron a visitarle unos amigos argentinos. «En casa nunca se oyen discos míos porque se oye buena música», bromeó. Pero lo pusieron y al tercer whisky ya le pareció «un disco comparable al Sgt. Pepper's».

El último verano

Hablador, y exhibiendo buen humor, dio a entender que, para él, 19 días y 500 noches fue el fin de una era. «El último verano de mi juventud, que llegó hasta los 50, no está mal», señaló, aludiendo a su ictus del 2001. «No me dejó secuelas, aunque mi novia dice que sí». Su voz suena cada vez más rasposa, pero él la quiere así, «sin maquillaje, con sus grietas».En Una canción para la Magdalena contó con el rol teatral de Mara Barros, su corista desde la gira anterior, Vinagre y rosas (2009), y otra voz, la de Jaime Asúa, exguitarrista de Alarma!!!, se sumó en El caso de la rubia platino. El guión de 19 Días..., con el guitarreo temperamental de Cerrado por derribo en el camino, se alteró cuando evocó un disco que le cambió la vida a los 22 años y cantó Ese no soy yo, su  versión inédita, «completamente libre», de It ain't me, babe, de Bob Dylan. También se salió del temario Más de cien mentiras, álgida cita a Esta boca es mía (1994) que condujo a un fin de fiesta transitorio con Noches de boda y su gemela Y nos dieron las diez. Ahí terminó el sábado, pero anoche el repertorio siguió, dando cancha a Pancho Varona (Conductores suicidas) y Mara Barros, aliada de Sabina en la copla Y sin embargo te quiero, que condujo a su aliada Y sin embargo. Más propinas con Princesa, Tan joven y tan viejo (con Antonio García de Diego), una Máter España, dijo, inédita en directo, Aves de paso... Sabina, vital y generoso, como, deseamos, lo esté el próximo lunes y martes en el Sant Jordi.