Apuntes

Un sábado en Nueva York de la mano de Català-Roca

JOSEP MARIA POU

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Pocas cosas hay que me puedan gustar más que una tranquila mañana de sábado. Uno se levanta descansado, porque ha dormido algo más que de costumbre. El desayuno, incluso, puede tomarse más tiempo de lo habitual. Y uno puede leer la prensa con calma, deteniéndose en las firmas de confianza, sin las prisas de otros días, que te empujan a leer apenas los titulares y a pasar las páginas a velocidad de vértigo. Hoy no.

Hoy puedes permitirte doblarlo al terminar y dejarlo con cuidado junto a la bandeja vacía. Y luego, a la calle. Un buen paseo hasta la hora de comer. Y la práctica del turismo interior: aquel barrio que hace tiempo que no pisas, aquel parque del que tanto te han hablado, aquel rincón casi secreto con el mejor vermut y los mejores berberechos… Y una exposición. Galerías no faltan en la ciudad. Y, al igual que para el desayuno y la prensa, tenemos todo el tiempo del mundo.

Entren en una galería de arte, háganme caso; miren, curioseen, descubran, viajen, imaginen. Compren o no compren, regálense el gustazo de ensanchar los pulmones con una bocanada de arte puro. Que las pupilas se dilaten con la belleza de tanta pincelada bien dada y tanto color bien dispuesto. Emborráchense de ética y estética, que todo esto y más cabe en un buen cuadro.

O en una fotografía, como las que tuve la suerte de ver hace un par de mañanas (no era sábado, pero como si lo fuera: la felicidad fue tanta que perdí la noción del tiempo) en la Roca Barcelona Gallery. Allí se exhibe una colección de fotografías del maestroCatalà-Rocade las que no se olvidan en tiempo.

De entrada, la sorpresa:Català-Rocaen color. Uno le tiene asociado principalmente al blanco y negro. Aquí luce el color, todo un descubrimiento. Y luego, el motivo: Nueva York. La ciudad, su gente, su arquitectura. Nueva York.

Juego de contrastes

Català-Rocala descubrió en 1987 y ya no pudo dejar de disparar. Nueva York. Foto a foto, click a click, se hizo con la ciudad entera hasta depositarla ahora en esa colección de extraños y atrevidos emparejamientos de imágenes, un deslumbrante juego de contrastes. Nueva York. La ciudad que amo. He estado allí sin salir de Barcelona. De la mano de un genio. El Nueva York deCatalà-Rocaen la Barcelona deCatalà-Roca.

Salgan ahora mismo. Cierren el periódico y dóblenlo con cuidado. Encaminen sus pasos a la galería en cuestión. Es sábado por la mañana. Y tienen todo el tiempo del mundo.