Michelin premia con tres estrellas la atrevida cocina de fusión asiática de Diverxo
Madrid, al fin, tiene su restaurante con tres estrellas Michelin, el reconocimiento máximo de la 'biblia' gastronómica que tenía desde los años 80, cuando Zalacaín estaba en su apogeo (fue el primer local español que lo logró, en 1987). Lo ha conseguido en el siglo XXI un chef del siglo XXI, David Muñoz, de 33 años, por su rompedor trabajo al frente del restaurante Diverxo, donde sirve platos de fusión mediterránea y asiática, otra rareza en el universo 'tri'. Al recibir el reconocimiento, Muñoz se ha mostrado emocionado: "Solo llevo seis años, y esto solo está empezando". El chef ha añadido que el reconcimiento de Michelin "refleja un manera de entender la gastronomía".
Es el único establecimiento que logra la triple corona en la edición de este año (con él, son ya ocho en España), en la que vuelve a relucir el apellido Adrià, en este caso, Albert Adrià, que entra a lo grande en esta edición con las estrellas que le han concendido por Tickets (tapas, circo y diversión) y 41º (snacks bullinianos maridados con cócteles), una en cada caso.
Cuatro triestrellados en Euskadi
Con este reconocimiento, las tres regiones gastronómicas más potentes de España pueden presumir al fin de contar con un 'tri' en sus filas (Quique Dacosta era hasta ahora el 'séptimo magnífico' porque está en Dénia). En el País Vasco hay cuatro: la 'santísima trinidad' donostiarra (Juan Mari Arzak y Martín Berasategui por sus locales homónimos, y Pedro Subijana por Akelare) y el vizcaíno y treintañero Eneko Atxa (se estrenó en el Olimpo el año pasado con Azurmendi, en Larrabetzu). Y en Catalunya hay dos (El Celler de Can Roca y Sant Pau), aunque Barcelona, su capital (y capital de Michelin con 30 estrellas en total para 22 locales), sigue sin un establecimiento con la máxima distinción.
Tres estrellas
Como consuelo, Barcelona cuenta con tres nuevas estrellas: a las dos que estrena Albert Adrià se suma otra más de Jordi Cruz por L'Angle (trasladó el restaurante de Sant Fruitós de Bages al Hotel Cram). Michelin computa una cuarta por Gaig, pero simplemente cambió de ubicación; del Cram volvió a la casa madre, en la calle de Còrsega, donde comparte espacio con la Fonda Gaig.
Una estrella
Se estrenan con una los catalanes L'Ó, en Sant Fruitós de Bages (Barcelona), de Jordi Llobet; Les Moles (Ulldecona), de Jeroni Castell; y Malena (Gimenells, Lleida), de Josep María Castaño. Otra de las buenas noticias es que no se pierden estrellas salvo por cierre o cambio de actividad. De este modo, la guía premia con sus distinciones a 171 locales, 13 más que el año pasado.
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