ENTREVISTA

Julianne Moore: "El trabajo de actriz no me ha enseñado nada; la vida, sí"

Julianne Moore «El trabajo de actriz no me ha enseñado nada; la vida, sí»_MEDIA_1

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NANDO SALVÀ
MADRID

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Lleva más de dos décadas instalada entre la élite de las actrices norteamericanas, sobre todo gracias a su singular habilidad para desaparecer en el interior de cada personaje, ya se trate de una hipocondríaca atormentada -Safe (1992)-, una maternal actriz porno -Boogie Nights (1997)-, un ama de casa en la América suburbana de los 50 -Lejos del cielo (2002)- o la mitad de una pareja lesbiana -Los chicos están bien (2010)-.

En su nueva película, ¿Qué hacemos con Maisie?, que se estrena hoy, Julianne Moore (Fayetteville, Carolina del Norte, EEUU, 1960) da vida a uno de sus personajes más difíciles. El argumento trata de la historia de una niña de 6 años atrapada en medio de la desagradable disputa por su custodia que mantienen su madre, una narcisista estrella de rock (Julianne Moore), y su padre, un marchante de arte igualmente ausente (Steve Coogan).

-La película está inspirada en una novela de Henry James. ¿La ha leído?

-Vagamente inspirada. Sí, la he leído. Y sigue siendo relevante, porque solemos pensar que asuntos como el divorcio o las luchas encarnizadas por la custodia de los hijos son exclusivos de nuestro tiempo. Pero no es así, son tan antiguos como la pareja misma. El desamor es tan antiguo como el amor, y la violencia derivada de él también.

-Ha interpretado a varios personajes antipáticos a lo largo de su carrera, pero quizá ninguno tanto como este.

-Sí. Mi personaje pensó que quería ser madre pero no tuvo en cuenta su inhabilidad para serlo. Se dedica a la música, es su modo de relacionarse con el mundo y todo cuanto le importa. No tiene una verdadera relación ni con su hija, ni su exmarido, ni su novio, solo con la música. Y en última instancia llega a darse cuenta: es una mala madre, y siempre lo será.

-Usted tiene dos hijos. ¿Hizo eso que le resultara complicado dar vida a una madre tan nociva?

-En realidad no, porque se me da muy bien compartimentar los diferentes aspectos de mi vida. Mi trabajo y mi vida personal nunca entran en conflicto. Personalmente, desde niña siempre quise ser madre. No sabía si algún día me casaría, pero sí estaba segura de que tendría hijos. Y quería tener un niño y una niña. Son ese tipo de fantasías estúpidas que se tienen en la infancia, pero en mi caso, al final,  se acabó cumpliendo.

-¿Existe algún secreto para ser una buena madre?

-No, por supuesto. Pero es importante tener en cuenta que los niños no son seres completos, no pueden valerse por sí mismos y necesitan ser amados y cuidados. Una madre debe darles eso, y al mismo tiempo enseñarles poco a poco a ser autónomos. Ser su soporte, pero también su puente hacia el mundo.

-Usted encarna en esta película a una rockera. ¿Se inspiró en alguien en particular para meterse en el personaje?

-Sí, sí, adoro a Patti Smith y volví a escuchar sus discos una y otra vez durante todo el rodaje. También estudié a Courtney Love, porque sabía que su personalidad incendiaria y su forma de lidiar con su vida personal me iban a resultar muy útiles para afrontar mi papel.

-Señora Moore, ¿en qué momento descubrió que quería dedicarse a la interpretación?

-De niña me pasaba el día leyendo. Y no se me daban bien los deportes, así que cuando mis padres me pidieron que escogiera una actividad extraescolar, me decidí por el teatro. Me di cuenta de que actuar era como meterme dentro de los libros que leía. Luego, a los 17 años, estábamos viviendo en Fráncfort (Alemania), y un buen día la profesora de alemán me dijo, no sé por qué: 'Deberías ser actriz'. Y fíjate, aquí estoy.

-Empezó en la profesión haciendo culebrones. ¿Cómo recuerda esa época?

-Pues, con mucho cariño. Cada día te dan 40 páginas de diálogos, te vas a casa y te las aprendes. Al día siguiente te levantas a las 6 de la mañana, ruedas durante 12 horas y luego vuelves a casa a memorizar 40 páginas más, y así a diario. Ese intenso ritmo acaba curtiéndote.

-¿Qué ha aprendido de esta profesión?

-Mi trabajo no me ha enseñado nada. La vida sí te enseña, y luego aplicas lo aprendido al trabajo. Es decir, las películas no hacen nada original, solo reflejan la cultura de una sociedad, de modo que el cine no influye en la vida sino al revés. Todo lo que mi vida me ha enseñado como mujer y como madre lo he aprovechado en mi trabajo.

-¿Qué espera de su oficio a estas alturas de su carrera?

-Solo me importa seguir interpretando buenos papeles, y nada más. Vestirse de largo e ir a fiestas es divertido a veces, pero no me interesa. Esta es una profesión muy inestable en la que no puedes dar nada por sentado. Más vale que te enfrentes a ella con mucha humildad, porque el día menos pensado todo cuanto has logrado podría desaparecer.

-¿Le preocupa hacerse mayor?

-Sí, me preocupa, pero no porque piense que los buenos papeles dejarán de llegar, sino porque me doy cuenta de que la vida se me acabará rápido. En estos momentos, tengo más vida detrás de mí que delante, y eso inevitablemente asusta. Cuando eres joven te crees inmortal, pero un día te despiertas y te das cuenta de que ya no lo eres. Por eso es importante hacer siempre lo que quieras, y estar rodeada de la gente adecuada.