TRADUCCIÓN DE UNA CLÁSICA MODERNA de las letras escandinavas

La hija del alemán

Herbjørg Wassmo trata los traumas de la ocupación nazi en Noruega

La escritora noruega Herbjørg Wassmo.

La escritora noruega Herbjørg Wassmo.

ANNA ABELLA
BARCELONA

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la potente prosa de Herbjørg Wassmo (Vesteralen, 1942), una de las narradoras más prestigiosas de Noruega, atrapa sin piedad al lector, emociona, enoja, sorprende y sacude. En su reconocidaTrilogía de Tora, cuyo colofón,El cielo desnudo(Nórdica), acaba de llegar a las librerías en España, es capaz de transmitir, con la mayor delicadeza pero sin evitar toda la crudeza de una historia ambientada en los años 50 y 60 en un pueblo pesquero del norte. Los traumáticos sentimientos y la fortaleza de una solitaria y silenciosa niña de 11 años y su evolución hacia la madurez llevando sobre sus hombros una doble vergüenza: el estigma de ser hija de la fugaz relación entre su madre y un soldado alemán durante la ocupación nazi de Noruega, y el ser víctima de lo que ella llama «la peligrosidad», los abusos sexuales de su padrastro alcohólico.

«Tener hijos con soldados alemanes se consideraba traición a la patria. Era una gran vergüenza y provocaba desprecio, e incluso odio -explica Wassmo por correo electrónico-. Tras la guerra, las llamadasputas de los alemanesy sus hijos fueron despreciados y humillados durante años. Hasta hace poco no se ha logrado una reconciliación y una apertura sobre esta parte de nuestra historia, y con el pueblo que la ocasionó. Callar sobre lo vergonzoso es un fenómeno habitual».

La trilogía, de 1981, es ya en su país un clásico moderno de gran intensidad narrativa que aúna odio y venganza, angustia, miedo y culpabilidad, amor y amistad, sexualidad y muerte. El primer título,La casa del mirador ciego, que aquí recibió una muy buena acogida hace un par de años, obtuvo el Premio de la Crítica; el segundo,La habitación muda, el de los Libreros; y el tercero fue coronado con el Premio de Literatura del Consejo Nórdico. Wassmo retrata la opaca atmósfera de la pequeña comunidad donde se crió hasta la adolescencia. «No se hablaba mucho de sentimientos. Se actuaba y estos se mostraban a través de los actos. Mi abuela materna sí hablaba mucho de sentimientos. Igual que Rakel [la tía de Tora]. Eran personas atípicas, distintas a la mayoría».

No es este el único elemento biográfico que transpira la literatura de Wassmo, autora de la también popularTrilogía de Dina, llevada al cine en el 2002. En su última novela, Cien años(ambas aún no traducidas) habla de tres generaciones de su familia, y la «parte más biográfica» es la vida de la «chiquilla Herbjørg», que carga «con una grotesca vergüenza que no es suya, sino de su padre». Como le ocurre a Tora, «el silencio envenena» su vida, «al mismo tiempo que la convierte en una maestra del disimulo», afirma la escritora, que nunca se refiere explícitamente al abuso. «Espiritualmente tengo mucho en común con ella. Yo contaba con una red social más amplia y, ante todo, tengo otra personalidad. Yo podía ocultar mi vergüenza, mientras que el estatus de Tora, como hija de alemán, era conocido por todos e implicaba también a su madre. Pero conozco el dolor de Tora y su capacidad para escapar del trauma a través de la imaginación. La imaginación puede salvarte la vida», sentencia.

Cree Wassmo que no puede ayudar a las víctimas con tales traumas pero sí que, con su relato, puede «proporcionarles un rostro y decir: 'Miradme, he salido adelante, la vergüenza no es mía. ¡Lucharé por mi propia valía y por mi orgullo soberano sobre mi cuerpo y mi vida!'. Pero lo más importante es comunicarse, matar la vergüenza a base de hablar sobre ella, o remitírsela a aquellos a quienes les corresponde».

La autora noruega, aunque opina que «es muy poco frecuente que la novela policiaca constituya literatura», y considera elthrillerun entretenimiento para un rato, defiende que «la gente debe leer lo que le dé la gana, con tal de que lean. Sobre todo cuando se trata de lectores jóvenes que corren el peligro de convertirse en analfabetos».