DRAMA

Convicto (Starred up) La vida entre los barrotes

Convicto (Starred up) La vida entre los barrotes_MEDIA_2

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Convicto es un excelente filme sobre las estrategias de poder en el interior de una cárcel y los intentos, vanos, de reeducación de los presos. Ese es uno de sus temas, quizá el menos visible, pero el mejor tratado. También es una película sobre la relación entre un padre y un hijo, encarcelados ambos. En el pasado apenas se trataron y buena parte de la rabia y violencia que anidan en el más joven, extremadamente brutal en algunos pasajes del relato (la forma que tiene de intimidar a todos los guardias mordiendo los genitales de uno de ellos y amenazando con castrarlo con los dientes), es fruto de la desatención paterna. Pero ahora el padre siente que debe proteger a su vástago olvidado: él tiene cadena perpetua, el hijo saldrá dentro de 19 largos años.

David MacKenzie es uno de esos cineastas británicos aparentemente sin un estilo definido, como Stephen Frears o Michael Winterbottom, en el que resulta difícil rastrear signos de autoría. Pero algo del dramático mundo mostrado en Young Adam (2003), uno de sus pocos filmes estrenados entre nosotros, se prolonga en la certera visión de una comunidad cerrada, violenta, siempre al límite, como la que conforma Convicto.

La elección de actores, además, resulta impecable: Jack O'Connel (Invencible, el nuevo Quijote de Terry Gilliam) le da un gran empaque físico al hijo, Ben Mendelsohn (el padre)  está tan espléndido aquí como en Animal Kingdom, y Rupert Friend (el agente Peter Quinn de Homeland) matiza muy bien su personaje de terapeuta de los presos. QUIM CASAS

David MacKenzie