Catalunya registra 800 terremotos anuales, la mayoría no percibidos por la población

En 1428, un terremoto con el epicentro situado cerca de Camprodon causó más de un millar de muertos y cuantiosos daños materiales, incluyendo la rotura del rosetón de la basílica de Santa Maria del Mar, en la lejana Barcelona. “La historia nos muestra que desgraciadamente podría repetirse uno similar, pero el riesgo es pequeño: Catalunya se encuentra en una zona del Mediterráneo de sismicidad baja o moderada”, resume Xavier Goula, jefe del área de Sismología del Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya (ICGC).

Lo que sí se producen con cierta asiduidad en Catalunya son seísmos de tan baja magnitud que o bien ni los percibe la población o bien no pasan de la categoría de susto.   

En Catalunya, según datos de la red sísmica de la Generalitat, se registran cada año unos 800 terremotos, pero solo unos cinco son apreciados por las personas, generalmente los de magnitud superior a 3. En esta categoría entrarían también los dos mayores ocasionados por la actividad del depósito marino Castor, frente al delta del Ebro. En líneas generales, las zonas más sísmicas son el Pirineo, incluyendo la Garrotxa y el Ripollès, y luego el litoral. 

Los terremotos percibidos por la población en el año 2015 fueron concretamente tres: el 9 de abril en la costa de Tarragona (magnitud 3,4), el 20 de octubre en el golfo de Roses (magnitud 4,3) y el 18 de noviembre en la Cerdanya (magnitud 3).

De media, cada 30 años se produce uno de magnitud 5 o superior, es decir, un terremoto de cierta entidad (el de Lorca en el 2011 fue de 5,1). Los que causan daños son muy escasos. Al margen del seísmo de 1428, también tuvieron graves efectos el de 1923 en el Vall d’Aran y el de 1927 en el Montseny. En fechas recientes, el mayor (magnitud 4) afectó a la comarca del Ripollès en septiembre del 2004, con epicentro en Queralbs, aunque no se tuvo que lamentar ningún daño personal.

Goula insiste en que la normativa española sobre sismorresistencia, que se puso en marcha en los años 70, sigue las directrices internacionales a la hora de prevención. Los edificios nuevos, por ejemplo, deben construirse con determinados requerimientos arquitectónicos que evitarían el colapso (hundimiento) en caso de con terremotos importantes, por encima de magnitud 5. "El problema son los edificios viejos, muy habituales en los centros históricos de los municipios. Con terremotos de 4 podría haber problemas", advierte Goula.

IMPREDECIBLES

El jefe de Sismología del ICGC recuerda que "no hay ninguna manera de predecir un terremoto porque es un fenómeno repentino que no tiene signos precursores". Sin embargo, "se puede estudiar la sismicidad y conocer el riesgo", añade. "La estrategia pasa por la prevención y una buena construcción de los edificios".

El ICGC dispone de 16 estaciones sísmicas repartidas por toda Catalunya, una de ellas submarina, equipadas con sensores de banda ancha, así como 16 estaciones acelerométricas, que miden la aceleración del terreno causada por los terremotos. Teniendo en cuenta las redes de otros organismos y de regiones vecinas, Catalunya está cubierta por 102 estaciones sísmicas. ICGC ha puesto a punto incluso una aplicación para móviles sobre información sísmica.

JORNADAS INFORMATIVAS

Goula ha presentado los datos de sismicidad durante unas jornadas sobre información de los terremotos que se han celebrado en la sede del ICGC, en Barcelona. En la sesión también han participado Sergio Delgado, el subdirector operativo de Protección Civil, y Francesca Baró, técnica del servicio de sensibilización de la misma dirección general. El encuentro ha servido para difundir la gestión integrada de los seísmos que hacen el ICGC y Protección Civil.