Salvini, el astro ultra

El líder de la Liga Norte aspira a transformar el partido en uno de ámbito nacional claramente alineado con la ultraderecha

Discurso xenófobo 8Matteo Salvini, el pasado octubre en Milán, en un acto contra los inmigrantes.

Discurso xenófobo 8Matteo Salvini, el pasado octubre en Milán, en un acto contra los inmigrantes.

R.D. /ROMA

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Matteo Salvini, de 41 años, los mismos que el progresista Matteo Renzi, jefe del Gobierno, lleva semanas realizando su particular operación simpatía para convertirse en el próximo líder de los conservadores italianos. Desde el 2012 es el nuevo secretario de la Liga Norte, que en los años 90 fundó Umberto Bossi. Los sondeos le acreditan un ascenso constante, que la pasada semana estaba en el 27% de popularidad.

Como algunos jóvenes que quieren saltar rápidamente a la fama, posó desnudo la pasada semana para el semanario Oggi y puso a venta las fotos en e-Bay, acompañadas de una dedicatoria personal. Los ingresos van destinados a una oenegé que ayuda a las mujeres a no abortar.

La Liga Norte se llama así porque, además de pretender la independencia de la Padania -entidad histórica y económicamente inexistente-- menospreciaba el sur del país, a cuyos habitantes los líderes liguistas llamaban paletos (terroni). Pero Salvini está enmendando este discurso y en los últimos días ha pedido disculpas a los sureños, explicando que «no se les había entendido», pero que ahora sí y que allí hay gente muy maja, por lo que la Liga Norte pasará a llamarse, con toda probabilidad, Liga Nacional. Vendrá a ser como una  reencarnación de la Liga de pueblos -de  la que Liga Norte adoptó el nombre- que en los siglos XV y XVI afrontó al pirata turco Barbarroja en Italia.

Los piratas malos son ahora Europa, el euro, los gitanos y los inmigrantes. En la Eurocámara se ha aliado con el Frente Nacional de Marine Le Pen y Salvini ha escrito en el diario La Padania, de su partido, que «la prioridad internacional es el desmoronamiento de este euro y la refundación de Europa». Por esta razón, la Liga de Salvini «establece alianzas con quienes no son eurotontos, los franceses de Le Pen, los holandeses de Wilders, los autríacos de Mölzer (...), es decir con aquellos de la Europa de las patrias».

El astro naciente de la extrema derecha italiana es también  periodista y eurodiputado. Intentó licenciarse en historia, pero después de 16 años en la universidad, se rindió, afirmando que llegaría «antes la independencia de la Padania que su licenciatura». Hijo de un empresario y de una ama de casa, primero se casó con una periodista con la que tuvo un hijo y vive ahora con otra pareja con la que ha tenido una hija.

En 1999 fue condenado a 30 días de prisión, tras haber tirado unos huevos contra Massimo D'Alema, entonces jefe del gobierno. Entre alguna de sus salidas de tono figura una propuesta para que, en Milán, los extracomunitarios viajen en vagones separados del metro.  En 2009 cargó contra el arzobispo de Milán Dionigi Tettamanzi, reo de haber criticado la demolición municipal de los campamentos de gitanos, que según Salvini no son «las víctimas del sistema sino la causa de muchos problemas». «Es absurdo confiar una niña a una pareja gay (...), porque sin la familia fundada en una madre y un padre la sociedad se acaba", añadió en 2013.