CRÓNICA DESDE BRUSELAS

La irresistible pasión belga por las 'frites'

La Maison Antoine, en Bruselas.

La Maison Antoine, en Bruselas.

ELISEO Oliveras

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Todo belga que se precie adora las patatas fritas y tiene su freiduría favorita donde adquirirlas y donde aderezarlas hasta con 28 tipos de salsas diferentes. La irresistible pasión por las siempre presentesfrites(patatas fritas) es una de las pocas cosas que comparten sin disputas flamencos y francófonos, tan distanciados en la mayoría de las otras cuestiones en este país fracturado.

Los belgas comen lasfritesen cucuruchos de papel caminando por la calle, en los bares y cafés, sentados en una plaza o cómodamente instalados en sus casas por las mañanas, al mediodía, por las tardes e incluso por las noches. Lasfritesconstituyen una pieza esencial del patrimonio culinario y cultural belga, mucho más cotidiano que los también tradicionales mejillones. Las freidurías no solo están presentes en todos los lugares estratégicos de las ciudades belgas, sino que se desparraman también como setas a lo largo de las carreteras y autopistas.

Con documentos en la mano, los belgas se atribuyen incluso la invención de las patatas fritas y califican a los franceses de imitadores poco afortunados. Un manuscrito de 1781 de Joseph Gérard narra que existía la tradición de elaborar patatas fritas en la zona de Namur, Dinant y Andenne, junto al río Mosa, desde al menos 100 años antes.

Las patatas cortadas en forma alargada y fritas comenzaron a utilizarse como sustituto de la tradicional comida de fritura de pequeños peces cuando el río se helaba y cuando la pesca resultaba escasa. Las patatas precisamente se cortaban de forma alargada para imitar a los pequeños peces a los que sustituían en las mesas de la población más humilde de la zona valona.

La opinión más arraigada sostiene que la mejor freiduría de Bruselas es la Maison Antoine de la plaza Jourdan, en los límites del barrio europeo. Una reputación lograda después de 61 años de servicio continuado y consolidada a través de las guías de viajes, los blogs y los comentarios en internet de los belgas y de los turistas.

La Maison Antoine fue fundada en 1948 por Antoine Desmet y su esposa cuando decidieron abandonar su actividad de freiduría ambulante de feria en feria para establecerse en el corazón de Etterbeek. La pequeña barraca original se ha transformado con el paso de los años en un quiosco con un doble mostrador gestionado por la cuarta generación familiar y frente al cual hay casi permanentemente una doble y larga fila de clientes para comprar susfrites.

Para otros, sin embargo, Frit-Flagey es la mejor de la ciudad. Situada en la plaza Flagey, uno de los focos de la vida social bruselense fuera del casco antiguo, la pequeña barraca cuenta entre sus fieles defensores a la célebre escritora Amélie Nothomb y mantiene también una cola casi permanente de clientes.

Otras freidurías populares de Bruselas son Fritland, en el centro; Clémentine, en la plaza Saint Job de Uccle; o Charles, en la plaza Dumon de Stockel, por citar solo unos pocos ejemplos. El cierre a final del 2009 de la freiduría Martin, tras 78 años en la plaza de Saint-Josse, fue destacado a toda página en la prensa como una pérdida irreparable.