Expresidente en el limbo

Nicolas Sarkozy abrió ayer una nueva página de su vida. Una página incierta por el momento. El segundo presidente francés que no es reelegido -el primero fue Valérie Giscard d'Estaing- abandonó el Elíseo acompañado de su esposa, Carla Bruni, camino de un futuro difícil de trazar para un político que ha alcanzado la cúspide del Estado y al que las urnas han jubilado a los 57 años.

Ayer tarde, Sarkozy optó por una sesión defooting-¿para aclarar sus ideas?- mientras su sucesor iniciaba su propio maratón volando a Berlín para afrontar a Angela Merkel. Después de haber dado a entender que abandonará la política, pero sin cerrar del todo la puerta a un retorno, el desde hoy expresidente se ha concedido un tiempo de reflexión. Y de descanso. SegúnLe Parisien, se tomará 15 de vacaciones con su mujer en algún país extranjero del sur sin precisar.

Como todo expresidente, a su regreso tendrá derecho a un despacho, una secretaría con un puñado de colaboradores, varios guardaespaldas, un vehículo y dos chóferes. El lugar elegido no está muy lejos del Elíseo, en la calle Mironesmil, en el distrito octavo de París. También puede viajar sin límite en primera clase de la compañía aérea Air France y de la SNCF, los ferrocarriles franceses.

Su sueldo de expresidente será de 5.000 euros mensuales, compatibles con la remuneración de 12.000 euros al mes del Consejo Constitucional, institución de la que forman parte automáticamente todos los jefes del Estado al dejar el Elíseo. Sarkozy no se veía ocupando un asiento en estecementerio de elefantes junto a Jacques Chirac y Giscard d'Estaing, pero ahora parece que se lo está pensando.

Resistencia al adiós

«Tengo una profesión», recordó cuando confesó a un grupo de periodistas que si perdía las elecciones no le verían más. Sarkozy es abogado y socio de un próspero bufete, Claude & Asociés, del que posee un 30% de las acciones. Según algunas fuentes, estudia la posibilidad de defender los intereses de empresas francesas que operan en la esfera internacional.

Pero los compañeros con los que ha compartido 30 años de política se resisten a decirle adiós. El exministro del Interior, Brice Hortefeux, acaba de lanzar una asociación de amigos de Sarkozy.«Tenemos muchas peticiones, la lista no está cerrada», sostiene. Mientras mantiene su futuro en el aire, Sarkozy se ha esforzado por realizar un traspaso de poderes digno y defair play. Sus últimos pasos han sido lo contrario de los primeros que dio en el Elíseo.