INKEMIA

Una 'fábrica' de licencias

Castells, derecha; con Marta Pascual, directora de 'Drug discovery' y David Miquel (industria química).

Castells, derecha; con Marta Pascual, directora de 'Drug discovery' y David Miquel (industria química).

AGUSTÍ SALA / Barcelona

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Inkemia, una pyme catalana orientada al desarrollo y explotación de nuevos productos, procesos y tecnologías de los sectores biotecnológico, farmacéutico y químico, acaba de recibir la validación de una nueva patente en EEUU. El nombre es complicado:

«N-1-Fenil-2-oxo-3-piperidil», sulfonamidas para la identificación de la actividad biológica y farmacológica.

Válido hasta el 2030, este reconocimiento protege un grupo de compuestos que se agrupan en una biblioteca de pequeñas moléculas con potencial actividad farmacológica, en enfermedades relacionadas con procesos inflamatorios como el asma, la rinitis, la pancreatitis,la artritis, el edema cerebral o el dolor inespecífico, entre otras dolencias.

Con esta patente la división de conocimiento de la compañía, alcanza ya las 62 patentes concedidas en firme. Son de carácter internacional y alcanzan a más de 20 países. La compañía tiene además en trámite otras 150 patentes más. Estas protecciones se centran en el desarrollo de fármacos, la biotecnología industrial y los biocarburantes, así como la química y los productos verdes.

Al igual que el instituto alemán Fraunhofer, del que salió el MP-3, su principal actividad es la explotación del conocimiento a través de licencias de patentes propias, entre otros negocios. Cotiza en el mercado alternativo bursátil (MAB) desde diciembre del 2012. Su principal accionista es la Escola Sant Gervasi, asociada al grupo cooperativo Clade. Su capitalización, que comenzó en torno a 17 millones, es ahora de 52,5 millones.

Inkemia opta generalmente por el sistema PCT, la cobertura internacional que facilita la entrada en 139 países si se paga las tasa nacional correspondiente. Esta empresa apuesta por EEUU y Europa, pero también por economías emergentes como la India y Brasil, explica su consejero delegado, Josep Castells.

Estar bien cubierto en materia de patentes exige recursos. De hecho, Inkemia destina unos 200.000 euros a patentes solo en el ámbito de los biocarburantes. Luego las opciones son amortizar las inversiones a través de licencias o mediante contratos y acuerdos de know-how. La compañía plantea una ampliación de capital por valor de entre dos y 2,5 millones para reforzar su capital con el objetivo de consolidar su expansión internacional.