Una batalla para reducir el peso

La batalla de los fabricantes de automóviles y de componentes por reducir el peso de los vehículos se ha acelerado en los últimos años debido a la mayor sensibilidad con el consumo de carburante y con las emisiones de gases. Para ello ha sido fundamental el desarrollo de nuevos plásticos más ligeros que imitan los acabados metálicos y la utilización de materiales livianos como el aluminio o la fibra de carbono tras investigaciones como la llevada a cabo por el centro de I+D Leitat de Terrassa (en la foto). Uno de los últimos ejemplos es la pick up más vendida en Estados Unidos, el modelo Ford F-150, que ha reducido su peso en 317 kilos gracias al aluminio. BMW ha optado por la fibra de carbono para fabricar sus coches eléctricos y aumentar la autonomía de las baterías. Los expertos calculan que una disminución del peso del 10% repercute en el 5% menos de consumo de carburante.