ANTE LAS TURBULENCIAS FINANCIERAS

'The Economist' achaca también la crisis de deuda a la indefinición del plan económico de Rajoy

Los expertos consideran que ni España ni Italia son capaces de cubrir los costes de la deuda superiores al 7%

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The Economisttambién se hace eco los problemas de España con la deuda y el incremento de la prima de riesgo. Para esta prestigiosa publicación, la causa del incremento de la presión especuladora sobre los bonos a 10 años españoles se debe a las incertidumbres generadas por la inconcreción del plan económico del líder del PP,Mariano Rajoy

"El incremento de la prima de riesgo española refleja las malas noticias económicas (la peor previsión de crecimiento del PIB), pero también refleja la incertidumbre derivada de las elecciones del domingo, que dan como ganador aMariano Rajoy, que ha sido inconcreto sobre su programa", explicaThe Economist. Las críticas a esa inconcreción y falta de compromiso de Rajoy sobre qué medidas tomará si resulta elegido presidente del Gobierno ha fundamentado buena parte de la estrategia electoral del candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Las dificultades del Tesoro para colocar entre los inversores bonos a un tipo del 7% u 8% responde según el columnista delThe Economist a que los grandes fondos de inversión no desean comprar títulos con esa rentabilidad, y sí, por ejemplo a una rentabilidad menor (del orden del 4%-5%). La razón de esa aparente contradicción es que consideran que las cuentas del Estado español o italiano no son capaces de asumir la financiación del déficit con tipos de interés tan altos, por lo que el riesgo de impago se dispara. Por el contrario, rentabilidades de la deuda del orden del 4% son un indicador claro de que la crisis es superable y que ambos países han hecho los deberes y son capaces de poner en orden su estructura fiscal. Un pez que se come la cola, un círculo vicioso que pone en jaque a la economía española. Una bajada drástica de los tipos de interés en Europa impulsaría la actividad económica en la eurozona a cambio de una mayor inflación, que a estas alturas y desde la perspectiva de los países del sur de Europa sería un balón de oxígeno claro. Un regalo para el ganador de las próximas elecciones en España.