EEUU impone una macromulta de 5.200 millones a 6 bancos

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Suele decir la senadora Elisabeth Warren, azote por excelencia de las corruptelas bancarias, que «el juego está amañanado». Y no miente. Solo hay que fijarse en el inagotable goteo de multas millonarias impuestas a las entidades financieras. Las últimas han partido del Departamento de Justicia y otras agencias reguladoras de EEUU. Seis grandes bancos internacionales tendrán que pagar 5.237 millones de euros (5.879 millones de dólares) por manipular los mercados globales de divisas y, en uno de los casos, los tipos de interés que usan los bancos para prestarse dinero. La novedad esta vez es que cuatro de ellos se han declarado culpables de delitos penales, aunque de momento nadie irá a la cárcel.

En el trasfondo de la historia hay una enorme conspiración. Desde finales del 2007 hasta el 2013, Barcclays, Citigroup, Royal Bank of Scotland (RBS) y JP Morgan, las cuatro entidades que han reconocido los cargos criminales, se dedicaron a amañar de forma concertada los tipos de cambio del euro y el dólar para multiplicar sus beneficios a costa del interés de sus clientes.

Sus operadores se comunicaban a través de chats en Internet con nombres tan reveladores como El Cartel o La Mafia. Se entraba por invitación y, para poder quedarse tras un mes de prueba, había que «aportar valor», según la documentación hecha pública por el Departamento de Servicios Financieros del estado de Nueva York. La pertenecia al club podía ir acompañada de serias advertencias: «Como lo fastidies, tendrás que dormir con un ojo abierto por las noches», le dijeron a un operador del banco británico Barclays.

Las multas pactadas con el Departamento de Justicia y otras agencias como la Reserva Federal son un golpe importante para la Administración Obama, acusada a menudo de ser demasiado blanda con las irregularidades cometidas por las entidades financieras en los últimos años.

«La sanción que pagarán es adecuada y proporcional con los daños generalizados que ocasionaron», dijo ayer la nueva fiscal general del Estado, Loretta Lynch, al anunciar las medidas. «Esto debería disuadir a los competidores de buscar beneficios a expensas del respeto a la ley y el interés público».

Varios de los bancos implicados tienen ya la reputación muy tocada. Hace solo unos meses los reguladores de EEUU, Reino Unido y Suiza les impusieron una multa total de 3.830 millones de euros (4.300 millones de dólares) por manipular el Libor, el tipo de interés que utilizan los bancos para prestarse dinero. Ese mismo motivo le costará ahora 180 millones de euros (203 millones de dólares) al UBS suizo, que ha sido también acusado de fraude para manipular el Libor.

En cualquier caso las multas que afrontarán los seis bancos sancionados palidecen frente a sus beneficios. Solo en el primer trimestre de este año, JP Morgan ingresó 3.652 millones de euros de sus negocios de divisas y renta fija, mientras que Citigroup superó los 3.100 millones.

«La criminalidad se dio a una escala masiva», decía ayer el director adjunto del FBI, una de las agencias que ha participado en la investigación. «Los operadores de los bancos implicados se comunicaban con un lenguaje en código en los chats para fijar los precios a diario».

Entre todos se las ingeniaban para moldearlos precios de las divisas, el menos regulado de los mercados financieros. Cada día cinco billones de dólares en divisas cambian de mano. Y lo hacían, según Justicia, acumulando posiciones y vendiéndolas en el momento crucial, una maniobra especulativa que coordinaban entre los distintos participantes en la trama. No solo eso. También aportaban a sus clientes --grandes inversores y compañías-- precios diferentes a los habían cocinado para quedarse con la diferencia.

Uno de los operadores de Barclays describió en 2010 el etos de El Cartel: «Si no haces trampas es porque no lo estás intentando». En las multas impuestas han participado diferentes agencias y la cuantia total tiene dimensiones históricas.

DELITO PENAL/ Pero lo verdaderamente insólito es que cuatro de los bancos hayan reconocido su actividad delictiva, algo que no sucedía desde hace dos décadas. Y es que hasta ahora, a pesar de las numerosas y abultadas multas pagadas en los últimos años, los bancos no han tenido que reconocer culpabilidad alguna en los acuerdos extrajudiciales cerrados con las autoridades de EEUU.

En cualquier caso, los expertos consideran que los cargos criminales ahora reconocidos tendrán consecuencias más simbólicas que prácticas. De hecho, Bloomberg publicaba ayer que el equivalente estadounidense a la la Comisión del Mercado de Valores, la SEC, se disponía a permitir que mantuvieran sus divisiones de divisas intactas, como si nada hubiera pasado.

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