Viñales, el Rossi de Suzuki

La fábrica japonesa ha diseñado su asalto al título de MotoGP de la mano del joven catalán y los jefes del equipo azul rezan para que Maverick comparta su desafío

Maverick Viñales levanta su Suzuki en los entrenamientos de Jerez.

Maverick Viñales levanta su Suzuki en los entrenamientos de Jerez. / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / JEREZ

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Davide Brivio, uno de los hombres que contribuyó a la gloria celestial de Valentino Rossi, lleva dos años fabricando un nuevo sueño. Es el más difícil todavía, ganar el título de MotoGP con Suzuki, cuya moto era novata hace un par de años y ahora, recién iniciado el Mundial 2016, pelea con las mejores. Y Brivio, aunque no lo diga, especialmente por respeto a otro grande, al maravilloso Aleix Espargaró, cree haber encontrado al Rossi del nuevo siglo en la persona del catalán de 21 años Maverick Viñales.

Cuentan que los dos últimos libros que ha leído Brivio relatan dos sueños muy parecidos al que él ha dibujado durante los dos últimos años. El primer libro que leyó Brivio para cerciorarse de que su quimera -o lo que muchos consideraban un imposible- era factible fue La pelota no entra por azar, de Ferran Soriano, director ejecutivo del circulo virtuoso, del Barça que, con Ronaldinho al frente, empezó a cambiar la historia del més que un club. Y el segundo libro ha sido El efecto Simeone / La motivación como estrategia. Y es que Brivio cree que los milagros son posibles.

Es más, cuentan que estos días, mientras espera sin apenas conciliar el sueño que Viñales le diga que renueva, que se queda, que acepta el reto y que todos, él y Suzuki, se conceden dos años «no más, Maverick, no te pido más» para lograrlo, Brivio no para de hablarles a los suyos de la historia del Leicester, del cuento de hadas que vive el equipo de Claudio Ranieri. «Esos somos nosotros», cuenta Brivio a los suyos, entre los que está Viñales, a quien Yamaha ha hecho una oferta miserable (de momento) que el piloto de Roses ni tiene en cuenta, pero que todavía no le ha empujado a aceptar el reto que los 2.000 habitantes del paddock consideran que debería aceptar.

«Maverick es muy joven y debería intentar ayudar a Suzuki a lograr su sueño. Ya tendrá tiempo de irse a Honda o Yamaha», explica el mánager de uno de los cuatro magníficos. «Si va a Yamaha vivirá el martirio de compartir box con Rossi y si gana, que puede ganar, simplemente habrá logrado lo que ya han hecho otros. Lo histórico es campeonar con Suzuki. Eso le convertiría en un mito, en inmortal». Es evidente que si Viñales tuviese que firmar mañana, firmaría con Suzuki, pero todo el mundo cree que Yamaha subirá su oferta pues el jefe Lin Jarvis sabe que con Rossi no ganará.

Brivio no se atreve a pasarle a Viñales los libros de Soriano y el Cholo, aunque puede que alguien le haya comentado al chaval la gesta que está protagonizando el Leicester. Los organizadores del Mundial verían con buenos ojos que Viñales lo intentase con Suzuki, pues así contaría con un piloto ganador en cada equipo: Rossi (Yamaha), Marc Márquez (Honda), Jorge Lorenzo (Ducati) y Viñales (Suzuki).

SUZUKI NO REGATEA MEDIOS

Dicen que Toshihiro Suzuki, presidente de Suzuki, llama cada día a Brivio preguntándole si Viñales ha dado ya el sí a su marca. Porque fue Suzuki quien presidió la magna reunión de agosto pasado en la que se decidió preparar el asalto al título de la mano de Viñales. La estrategia, según cuenta una persona presente en ese cónclave, fue cristalina: «Hay que ofrecerle una moto ganadora a Viñales en las primeras carreras de 2016 para que se dé cuenta de que vamos a por el título y decida renovar con nosotros». Y Suzuki ha cumplido, de ahí que esperen ansiosos a que Viñales cumpla su parte y les conceda dos años de prórroga para convertirse en su Ronaldinho, en su Rossi.

«Yo solo puedo decir que Suzuki está demostrando querer ganar el Mundial», explicó ayer a EL PERIÓDICO un entusiasmado Aleix Espargaró, tercero en los ensayos tras Lorenzo y Márquez. «La fábrica ha triplicado su compromiso del 2015, están trabajando muy duro, tiene listo otro motor y no regatea medios para complacernos. Este es un reto especial, una apuesta deportiva muy romántica y me encantaría que Maverick nos ayudase a lograrlo», señala Espargaró, el primero que se apunta a formar parte del libro de los sueños.