Plata por titanio

Márquez logra un brillante segundo puesto después de que los médicos le reconstruyesen, hace una semana, su meñique izquierdo

Marc Márquez hace el signo de la victoria tras acabar segundo el GP de España de MotoGP en Jerez

Marc Márquez hace el signo de la victoria tras acabar segundo el GP de España de MotoGP en Jerez / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / JEREZ

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El doctor Xavier Mir estaba empezando una paella familiar. Fue el sábado pasado. Y salió disparado hacia el Institut Dexeus. De eso hacía ocho días. Marc Márquez se había dañado el meñique izquierdo haciendo 'dirt-track'. «Enseguida me di cuenta de que me lo había destrozado pues, cuando me quite el guante, vi que lo tenía mirando hacia dentro».

La operación fue delicada. La fractura tenía, además, desplazamiento. Márquez necesitó anestesia total y pasó la noche en la clínica. Ayer, tan solo recibió un pinchazo «preventivo» en el culo. Y se convirtió en el héroe de la jornada. «Flipé al ver que Marc podía seguir mi ritmo de 1.38 en los 11 primeros giros», reconoció el imperial Jorge Lorenzo«He sentido dolor, sí, pero, al final, estaba más preocupado por el cosquilleo que sufría en el brazo y dedos de la mano derecha, por sobreesfuerzo, que por mi mano izquierda».

Márquez ha sido segundo «algo impensable aquel sábado». El jueves, cuando llegó a Jerez, el gigante Carlo Luzzi, su telemétrico italiano, se pasó la jornada con su inmensa mano izquierda metida en el guante que Marc debía utilizar durante el fin de semana para darle holgura. Héctor Martín José Luis Martínez, 'sparring' inseparable del campeón, no le quitaron el ojo de encima a Márquez. Como tampoco el fisio italiano Paolo Castelli, que fue su sombra. No digamos papá Julià o la troupe de Santi Hernández, su técnico.

Duelo aplazado con Rossi

«A mitad de carrera he pensado 'no, por favor, otra caza de Vale como Argentina, no' y, como hice en Termas de Río Hondo, me he guardado unas decimitas para el final, aunque esta vez las he utilizado sensatamente para alejarme justo cuando Rossi se me ha acercado. Y él ha claudicado», explicaba Márquez, que aceptó la inyección en el trasero del doctor Ángel Charte, que no quiso correr el riesgo de pincharle en la mano «pues corríamos el riesgo de que se le durmiese algún otro dedo», señaló Emilio Alzamora, otro de los guardianes de Marc en Jerez.

Márquez reconoce que ahorrarse esas dos últimas vueltas «a muerte» con 'Vale' fue todo un alivio, sobre todo para su meñique izquierdo, cuya reconstrucción fue posible gracias a una placa en forma de trébol y seis tornillos de una ligerísima aleación de titanio. «No sé si le dolía la mano, lo cierto es que en el 'corralito' se la he visto muy inflamada y sumergida en hielo», contó Rossi, que felicitó a su amigo por la gesta. «Unos dirán que ha sido por su arrojo final y yo explicaré que ha sido por mi prudencia, por retener 16 puntos en mi cuenta, pero lo cierto es que era demasiado arriesgado seguir persiguiéndole hasta el final», sentenció Rossi, cuyos números, en los 40 primeros grandes premios en MotoGP, son los únicos que resisten la brillante estadística de Márquez. «¿Qué que me dicen esos números? --se preguntó Márquez al verlos--- pues que en estos dos años y pico en la categoría reina hemos hecho un gran trabajo y que debemos de seguir en esta senda. Solo eso».

Imposible descansar

Lo cierto es que Márquez quería descansar hoy y regresar a Barcelona para seguir cuidándose la mano pero, al no estar Dani PedrosaTakeo Yokohama, ingeniero y jefe de desarrollo de la Honda RC213V, le ha pedido «por favor» que siga hoy en Jerez y pruebe varias piezas, como un nuevo basculante. Y Márquez, que está a 26 puntos de Rossi en el Mundial de pilotos, no lo ha dudado. Se queda y probará lo que sea. Le duela o no la mano.