El pádel engancha

Concepción y Botello, en un partido del World Padel Tour en la  pista central del Polo

Concepción y Botello, en un partido del World Padel Tour en la pista central del Polo / periodico

RAÚL PANIAGUA / BARCELONA

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Gerard Company (Girona, 1982) lleva cuatro años seguidos como mejor jugador catalán del World Padel Tour, el circuito mundial que se ha abierto esta semana en el Real Club de Polo de Barcelona. Más de 3.000 personas abarrotarán durante este sábado y domingo la espectacular pista central, que reúne a las estrellas de un deporte con más de tres millones de practicantes en España, solo superado por el fútbol. Catalunya, con 12.000 licencias y 178 clubs, es la primera federación. "Cada año se abren más clubs de pádel. Si lo pruebas te enganchas", resume Company.

No quedan entradas para las semifinales y la final de este fin de semana. También se agotó el bono de los seis días. "Se acabaron las localidades y eran más caras que el año pasado. El pádel no para", añade el número uno catalán, que fue aclamado por la afición en su valioso triunfo en el debut ante la quinta mejor pareja del mundo. En la siguiente ronda no pudo prolongar el éxito junto a 'Toto' Calneggia y se despidió del torneo.  "Fue una pena, es una gozada jugar en casa con este ambiente".

Como muchos jugadores, Company se inició en el tenis. "Coincidí con Robredo, Ferrer, Montañés, Verdasco... Con 15 años era el cuarto mejor jugador de Catalunya. Jugué Challengers, pero me lesioné en la espalda y lo tuve que dejar con 19 años", recuerda. Entonces, el pádel se cruzó en su camino. Empezó a jugar en el 2002 en una pista de muro, "la única que había en Girona". Después llegaron las clases y su progresión. "Fui tres veces campeón de Catalunya, pero ya no juego el circuito catalán. Me motiva más el World Padel Tour, en el que llevo ya siete temporadas". Gerard vive en Girona y trabaja en una empresa de eventos deportivos. También da clases a los jóvenes talentos, futuras estrellas, y ha compartido sesiones con Belasteguin y Lima en el Stage Padel Club Ciudad Diagonal. Actualmente es el 35º del ránking.

Con más de una década de experiencia en el mundo del pádel, Company sabe bien las razones del éxito y los factores para mejorar. "Es un deporte muy social, para todas las edades, de 8 a 60. Y lo más importante: muchas mujeres han cambiado el gimnasio por las palas. Cada año se enganchan más", explica el jugador catalán. "Nos falta una mayor difusión internacional, somos aún un deporte joven. Yo veo 15 años de crecimiento seguro, pero hay que tener cuidado en Catalunya y España porque se puede llegar a saturar".

Argentina y España son las cunas indudables del pádel, que poco a poco empieza a tener eco en países como México, Brasil, Francia, Inglaterra, Alemania y EEUU, con Miami como base. Este año, además, se añaden Dubai y Montecarlo al circuito mundial. "Es muy bueno. Se trata de sitios con poder económico. Nos irá muy bien. Yo diría que nos falta un empujón mediático, más boom en las redes sociales y mejores premios para no depender tanto de los espónsores", explica Company, a quien le encantaría que el pádel llegara a ser deporte olímpico.

El recuerdo de Aznar

El número uno catalán se rebela contra la fama de deporte pijo. "Es absurdo. El pádel es fácil de jugar, divertido y está al alcance de todos. Hay pocos deportes que puedan abarcar tanta gente". Tampoco le vino demasiado bien aquellas imágenes de Aznar jugando en su pista de La Moncloa. "Nos hizo daño, sobre todo en Catalunya. La realidad es que es un deporte barato y plural. Cada vez hay más niños que se apuntan al pádel en lugar de al tenis. Ahora es una especialidad nueva con gente veterana. Los mejores tienen entre 30 y 40 años pero estoy seguro de que pronto bajará la media de edad. Es el deporte del futuro. Tiene muchas cosas positivas", concluye el astro gerundense.