Hart ahorra al City una masacre

El meta inglés neutraliza el sinfín de ocasiones del Barça, que mereció la goleada y se salva del empate gracias a Ter Stegen

Rakitic es felicitado por Suárez y Neymar tras el 1-0.

Rakitic es felicitado por Suárez y Neymar tras el 1-0. / periodico

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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El «partido de nuestras vidas» que pedía Fernandinho para eliminar al Barça solo lo hizo Joe Hart, el portero. Y solo sirvió para que el Manchester City se marchara del Camp Nou con dignidad. Con la cabeza alta por regresar a casa con una derrota mínima. Hart se ganó la luna azul que cantan en Manchester porque evitó una masacre de las que hacen época.

Un gigante fue el meta inglés. Tan voluminoso como Ter Stegen. A su colega azulgrana se le vio una vez, para detener un penalti a Agüero. Enorme mérito, sin duda, que ahorró al Barça un cuarto de hora de angustias. Lo de Hart fue antológico. Sin ninguna ayuda, frenó a los tres delanteros del Barça que le sometieron a un pimpampum inmisericorde. No vio la llegada lejana pero temprana de Rakitic, que sin saberlo sentenció una eliminatoria que venía ya encarrilada y cuyo resultado global no refleja la diferencia real entre los dos equipos.

MESSI, EL PROMOTOR

Rakitic se plantó ante Hart gracias a un maravilloso pase de Messi, promotor único del suplicio que vivió el meta, así como el Manchester. En un ilustrativo resumen de la situación actual, el Barça fue Messi hasta que acabó derrengado por el suelo.

Lleva meses así Leo, tirando del carro, como si sus espaldas no cargara con el club y el equipo, nada menos. Ni siquiera nota el peso ya, inasumible para todos los demás. Puede correr a la misma velocidad que los demás, incluso más, y la destreza que posee le convierte en imparable. Excepto para Hart, que tendrá una batallita inolvidable que contar.

Demasiado futbolista es Messi para el City, por muy campeón de la Premier que sea. Ni Clichy en la ida se enteró de nada ni Kolarov en la vuelta supo como frenarle a no ser que fuera con faltas. DemichelisKompanyFernandinhoSilva… parecieron peleles a su lado, pobres, como futbolistas y como componentes de un equipo que trataba de levantar una eliminatoria imposible. Por lo que se vio en la vuelta y lo que ya se había visto la pasada temporada. Pese a los cambios registrados en cada equipo, sobre todo en el Barça.

EL EQUIPO PREVISIBLE

Juega el equipo con brío, contagiado por la verticalidad de Messi, el primero que mira al frente, responsable, rehuyendo la tentación de echar la vista atrás y pasar facturas. El astro predica con el ejemplo y diez azulgranas le siguen con fe, con sus imperfecciones, salpicando sus acciones de vez en cuando con algún error que les diferencia del inmortal. Muchos ayer frente a Hart, un héroe sin premio en su noche más gloriosa.

Plantado como siempre en el campo, con el sistema de toda la vida, tan previsible a juicio de algunos, el Barça sublimó la ejecución de su estilo moviendo con rapidez la bola. No hay más secretos que la velocidad del balón para descolocar al rival y encontrar espacios para combinar y avanzar. Dejó muchos metros cuadrados el City, forzado por el resultado de la ida que le obligaba a atacar; cerró tan mal que fue un coladero, y en lugar de avanzar se pasó la noche defendiendo hasta que abadonó a Hart a su suerte.

NUEVO SUSPENSO

Otro examen suspendido de Pellegrini, que no supo plantear ninguna dificultad al Barça. Su línea defensiva es dramática, el centro del campo solo se sostiene por Touré Silva y el ataque recae en Agüero, olvidado como un náufrago. Debió envidiar tanto el argentino a Suárez por ser compañero de Messi… La inconstancia de Navas ha conducido al sevillano a la suplencia, pero fue de los pocos que dejó algo para recordar: una pared con Touré le situó a un metro de Ter Stegen. Inmediatamente el Barça trazó un contrataque y fue Messi quien chocó con Hart.

La enésima ocasión fallada sirvió para que Luis Enrique tomara conciencia de que ya no convenía que el partido fuera un correcalles. Pellegrini quiso aprovecharlo metiendo a Bony, un delantero, por Touré, que se marchó ovacionado. RakiticMascherano Iniesta habían desaparecido de la faz de la Tierra y el Barça de los delanteros todavía necesita a su centro del campo.